Lo que no entendía

Continuación de una serie de preguntas sobre aspectos de la actualidad.

Lo que no entendía

En mi nota “un tiempo de preguntas (sin respuestas)” del 12-08-2024 me hacía una serie de preguntas en las que no encontraba respuestas. Esa búsqueda incluía aspectos culturales que hacen al desarrollo colectivo o individual, financiero más que el productivo, con deuda más que con capitalización propia, ambientales o referidos al armamentismo en lugar de la negociación colaborativa –geopolítica, diplomática, comercial, etc.-. Algunas de ellas estoy logrando avanzar en al menos entenderlas o que están cambiando en forma gradual y acumulativa.

Unas de ellas se refiere a ¿Porque los representantes del agro piensan que en algún momento se reducirían las retenciones a sus exportaciones, cuando en el RIGI eximía de esos tributos a la producción forestal, turismo, infraestructura, minería, tecnología, siderurgia, energía, petróleo y gas que son priorizados por sobre la producción agropecuaria?

Los últimos eventos referidos a su eliminación durante un par de días que benefició a grandes exportadores, sin que ello lo haga con los productores y el reclamo del secretario Bessent para que se reestablezcan, a quien los productores estadounidenses acusaron de beneficiar a los argentinos muestran lo ilusoria de aquella presunción, sobre todo si como parece cada día el gobierno depende más del tesoro de EEUU.

Otra de las preguntas es ¿Por qué muchos ciudadanos conservan esperanzas sobre una mejora de su situación económica personal, si su situación ha empeorado y prevén un empeoramiento de la situación general?

La respuesta es que se trata de un comportamiento eminentemente afectivo –de aceptación o rechazo a lo anterior- que gradualmente ha ido cambiando por los hechos de estafa -$libra-, corrupción –coimas en ANDIS-, financiamiento de candidatos con recursos del narcotráfico –Caso Espert- e incumplimiento de las leyes sancionadas y ratificadas –discapacidad, universidades y Garrahan- que despiertan los mismos comportamientos afectivos, pero de sentido contrario.

La tercera pregunta que me hacía se refiere a ¿Por qué las mayorías todavía descreen de las formas de organización colectivas si sus mayores logros fueron con familias, amigos y vecinos?, unido a que se considera que los pares son los culpables de nuestra mala situación económica personal, a pesar que se observa una enorme concentración de la riqueza en todos lados.

No obstante hoy, es evidente que: 1) si a todos nos va mal no es posible que “nuestro problema sean nuestros pares”; 2) La destrucción de las redes sociales de contención –religiosas, de organizaciones sociales y comunitarias- que evitaban la cooptación del narcotráfico de las zonas más desfavorecidas, ha comenzado a desacreditar las soluciones individuales y mejorando la percepción de algunas alternativas colectivas.

La cuarta cuestión se refiere a ¿Por qué se minimiza el efecto del aumento de la deuda pública con altos intereses, si deberán ser pagados por las próximas generaciones disminuyendo su acceso a beneficios previsionales, salud, educación, etc.?

La reiteración del uso de modalidades de endeudamiento externo –carry trade de capitales privados especulativos, FMI y ahora el Tesoro de EEUU- ha ido despertando inquietud, por una deuda que muchos consideran “impagable” sin grandes ajustes, aumento de la deuda interna o pérdidas de soberanía de los recursos nacionales, está comenzando a preocupar a parte del círculo rojo que está invertido en el país.

Mientras decenas de grandes empresas internacionales se retiran –se registran al menos 19 empresas de ese origen que han partido durante este gobierno-, que contraría el optimismo oficial respecto de las inversiones extranjeras.

En el ámbito internacional ¿Por qué especialmente en el mundo desarrollado aceptan que un consumo irresponsable y una aceleración tecnológica sin límites son el camino hacia un mundo mejor y una situación personal sostenible?

Quizás por la aceleración de ese proceso, surgen especialmente en la Generación Z preocupada por su situación actual y perspectivas, formas de resistencia que comienzan a generar reacciones inorgánicas que han aumentado la percepción de lo inalcanzable que es el bienestar de décadas pasadas, en donde “se consumía lo que no se necesitaba, con dinero que no se tenía, para impresionar a personas que no nos caían bien”. Lo cual es un movimiento cuyas consecuencias son imprevisibles, como todo movimiento social sin líderes.

Quedan muchas sin contestar como ¿Por qué algunos organismos multilaterales y de nuestro país dicen que “sobran adultos mayores jubilados” y no dicen que “sobran multimillonarios” en el mundo? o ¿Por qué si vemos eventos climáticos extremos –sequías, inundaciones, incendios, calor y frío extremos, tornados, huracanes, deshielo masivo, etc.-, pérdida de biodiversidad, epidemias, pandemias, etc. no creemos que nuestras acciones individuales afecten al planeta y nuestra sociedad global?

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