Reflexión sobre los desaparecidos

Carta de lectores

Reflexión sobre los desaparecidos

Señor director:

A modo de reflexión, respecto a la nueva sede de Abuelas de Plaza de Mayo, Córdoba. La Argentina dividida se debe a muchas causas ideales; una de ellas es la cantidad de muertos en la última dictadura militar, según en el libro de Nunca Más que presentó la Comisión para la Desaparición de Personas (Conadep) fueron 8.589 personas acorde a la nómina, otras entidades sugieren que fueron más personas, llegando a la cifra de 30.000 aproximadamente pues nuevas investigaciones confirman otro número.

De un bando político sugieren y niegan que dicha cifra sea real, pero si realizamos la siguiente pregunta ¿negar la cantidad de muertos es una justificación válida?, qué sucede si comentamos que fueron 28.000, 15.000 o 2.000 personas fallecidas durante el «Proceso de Reorganización Nacional» (1976-1983); ¿tenemos el derecho moral de reivindicar el proceso militar? pues así ocurrió, negar la cantidad de muertes para justificar los discursos de odio hacia las personas que piensan diferente y militan en otros partidos.

Hubo muertos, persecución sin juicio previo a la defensa, violación de derechos humanos ocasionado por el Estado, la negación, desigualdad social y falta de expresión (siempre cuando no perjudique la imagen de otra persona) oral o escrita.

Militar y pensar diferente no es un delito con pena de muerte o tortura; ocasionar daños y muertes, sea de cualquier tinte político, es grave pero aun así toda persona tiene derecho a un juicio y defensa, hubo casos en donde algunos tuvieron esa posibilidad pero la mayoría no lo tuvo. Algún fanático puso bombas y otros dispararon, ocasionando una dura reacción por parte de los militares pero la mayoría no eran personas reaccionarias; ¿hubo una guerra civil? Si.

La mitad de los argentinos se centran en los números y con ella buscan validar las atrocidades, los discursos de odio no es libertad de expresión, por ejemplo «hay que matar a todos los ladrones y asesinos» o «cierto partido están cortando la calle, hay que matarlos» son palabras duras (acción) pero debemos razonar y tener compresión. Nadie merece ser condenado, juzgado o perseguido; la democracia no es perfecta pero toda persona tiene el derecho a un juicio, politizar las muertes, es un comportamiento aberrante… Esta reflexión debería unir a los argentinos pero seguimos centrándonos en la cantidad de muertos para descalificar cualquier hecho, incluyendo la desaparición de bebés, la proscripción de un partido político por sus ideologías o quien podía ser un detenido legal o no.

Doscientos y tantos años desde la independencia como país argentino, es poco y aún nos falta mucho por aprender en tema de política social.

Federico G. Bordese.

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