La reforma previsional priva a Llaryora de la foto deseada: la baja de impuestos

Entre reformas previsionales, pulsos con los gremios, una negociación fallida con la Nación y una Justicia en ebullición, Martín Llaryora enfrenta el dilema de decidir rápido, pagar caro y descubrir que ganar una pulseada implica perder otras.

reforma previsional

En su libro “Neurociencias para presidentes”, Diego Golombek y Nora Bär afirman que las decisiones de gobierno rara vez las toman líderes racionales sino que lo hacen cerebros bajo intensa y sostenida presión. Estamos diseñados para sobrevivir a fuerza de ser guiados por un cerebro que exagera amenazas, reacciona rápido y se enamora de sus propias ideas.

El gobernador no pensaba en las jugadas completas tal como se dieron. El artículo 63 de la Ley Tributaria que ampliaba un 4% los descuentos para la Caja de Jubilaciones no estaba como anzuelo para que los gremios reaccionaran sino como posibilidad a usar si las circunstancias lo exigían. Lo que vino después, con descuentos que llegarán al 8% en los sueldos más altos, el 82% que no es móvil y que se calcula de salario de bolsillo se suma a facultades discrecionales que Martín Llaryora se reservó para ir aplicando según lo necesite.

En el Panal aseguran que el mandatario está eufórico por el resultado de la ronda legislativa y que ordenó que se apliquen los cambios con los sueldos que se liquidan ahora porque cree que le sumará positivamente ya que más de 60.000 sueldos reflejarán un aumento.

Siguiendo a Golombek y Bär sostienen que bajo intensa presión muchas veces los líderes se obsesionan con ataques menores o sobre reaccionan ante encuestas o intuiciones. Llaryora invitó a los gremios a una mesa de diálogo donde les propuso sólo alternativas categóricas: “Les transfiero la Caja y administren ustedes el déficit” o “Si no les gusta lo que hago le cedo la Caja a Anses”. La mesa se clausuró unilateralmente cuando el gobierno decidió ir por todo sobredimensionando la lógica respuesta de los gremios y apostando todo a una reforma que promete clima caldeado en algunas instituciones donde el impacto será muy alto como es el caso de la Justicia.

¿Todo lo que hizo el Ejecutivo con las leyes aprobadas la semana pasada resulta racional a la luz del costo fiscal y el costo político que tendrán las medidas? Si el déficit de la Caja resulta ser el más bajo y se ubica en el orden de los 750.000 millones de pesos y el ahorro por la reforma es el más alto posible -unos 180.000 millones de pesos- la Provincia deberá afrontar un pasivo para el 2026 de 570.000 millones. Las cifras siguen siendo muy elevadas de afrontar y Llaryora se quedó sin la foto que más anhelaba: mostrar ante la sociedad el trofeo de un recorte de impuestos que la publicidad oficial anuncia con pompa como “histórico”.

Milei y el aprendizaje forzado de la política real

La votación del presupuesto nacional en Diputados le demostró a Javier Milei los límites que la política real le impone a quienes creen que ganar una elección es lo mismo que gobernar sin acuerdos. El mentado Capítulo XI que voltearon los gobernadores obligará a la administración a redireccionar partidas para cubrir la emergencia en discapacidad y el financiamiento universitario.

La estrategia de Martín Menem y la Casa Rosada era asistir con ATN a algunas provincias del norte – que resultaban más baratas y aportan votos – que los pedidos de gobernadores como Pullaro de Santa Fé o Llaryora de Córdoba que tienen otras necesidades por el tamaño de sus distritos y de sus problemas. Sin embargo, a Milei no le alcanzó porque el presidente no se caracteriza por cumplir los acuerdos y alguna vez la factura le iba a llegar.

Desde Córdoba las órdenes a los diputados eran claras desde que comenzó la jornada: bajar a dar quórum, abstenerse en el presupuesto y votar en contra del Capítulo XI. Las promesas de Diego Santilli, el Ministro del Interior, no alcanzan y esperan una negociación sincera y formal por el déficit de la Caja y otras deudas que la Nación tiene con la Provincia.

La administración Trump – garante del último salvataje financiero – y el FMI le exigen a Milei gobernar con un presupuesto y el mal diseño político que trazaron Menem, Bornoroni y Benegas Lynch para conseguirlo. Se expuso la fragilidad de un presidente que estuvo a punto de vetar su propio proyecto pero, recapacitó, y llevó al Senado el dictamen con los cambios aprobados. Un baño de realidad política para un gobierno que no acepta negociaciones y empieza a pagar caro lo que antes le salía gratis.

Justicia caliente y equilibrios de poder

La interna judicial se recalentó en diciembre como hacía tiempo no ocurría. La votación para elegir al presidente del TSJ se extendió más de la cuenta y el turno que le correspondía a una mujer finalmente recayó en Domingo Sesín. Tanto Aída Tarditti como Marta Cáceres de Bolatti no lograron las adhesiones necesarias y desempató Jéssica Valentini a favor del vocal experto en derecho administrativo.

¿Por qué la vocal que responde al gobernador se inclinó por uno de los decanos del alto cuerpo? La explicación tal vez haya que buscarla en la confianza que inspira Sesín que, por su especialidad, muchas veces es fuente de consulta del poder ejecutivo. También porque la disputa entre las dos facciones que encabezaban las mujeres estaba lesionando al Tribunal más de lo necesario y el experto en derecho administrativo zanjaba esas fricciones.

Ahora se abre otra interna con las designaciones de los integrantes de la Procuración Penitenciaria con cargos vitalicios y sueldos de vocal del TSJ. Por los trascendidos habrá enroques que le permitirán a Llaryora reconfigurar la Fiscalía General donde pretende cambios que, hasta ahora, no logró.

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