Sobre la Caja de Previsión de Ciencias Económicas

Por Eduardo Ingaramo

Sobre la Caja de Previsión de Ciencias Económicas

Sr. Director:

Soy parte, como jubilado, de la Caja de Previsión para Profesionales en Ciencias Económicas de la Provincia de Córdoba (CPS). Desde hace un tiempo algunos colegas vienen desarrollando reclamos por los haberes que percibimos. Esta carta pretende informar los hechos que se constituyen en una base objetiva para los colegas que están formando su opinión en el debate planteado.

Desde 1982, en que creamos la Caja Complementaria, se trataba de tener un complemento a otra jubilación. En 1994 cuando la nueva Constitución reconoció a las cajas profesionales provinciales, la CPS se convirtió en sustitutiva de los otros regímenes obligatorios.

Aspirábamos a un haber de US$ 400, que al valor sobrevaluado del dólar de aquellos tiempos equivalía al alquiler de un departamento de un dormitorio en la zona más cara de Córdoba (o sea, unos $ 140.000 mensuales), que es lo que hoy se determina como haber.

En los últimos meses, como siempre ha ocurrido cuando se aceleró la inflación, la CPS ha agregado bonos extraordinarios, que cubren los períodos entre los ajustes semestrales nacionales establecidos por la ley, por lo que hoy nuestro haber es superior.

La CPS cumplirá, en 2024, 30 años –los requeridos de aportes para acceder a un beneficio-, por lo que todos los jubilados hasta ahora recibimos el beneficio de habérsenos computado años por la antigua Caja Complementaria, cuyos aportes eran menores. También somos beneficiarios del sistema de salud del Consejo Profesional, por un valor varias veces menor a lo que se debe pagar en una empresa prepaga con servicios equivalentes, además de servicios culturales y recreativos gratuitos. Desde 2012, cuando se modificó la ley, recibimos el Sueldo Anual Complementario para el que sólo aportamos desde ese año, se habilitaron otras categorías de aportes que pueden multiplicar los haberes, y se sumó hasta un 4% anual más por los aportes de la comunidad vinculada por los servicios prestados, premiando a quienes sumen ingresos a la CPS por ese concepto.

Nuestra CPS tiene participación de las minorías y una enorme mayoría de las decisiones lo han sido por unanimidad –incluidas las decisiones de inversión del Fondo Previsional y los Estados Financieros y Actuariales-. En los últimos tiempos, campañas por redes han difundido noticias falsas (“Faltan 40 millones de dólares”, “Se impulsa una ruptura entre activos y pasivos”, “Se pueden aumentar los haberes sin aumentar los aportes”, “No se hace nada para sumar aportantes”, etc.) y costosas solicitadas en medios gráficos. Es claro que la CPS tiene un problema a largo plazo: los aportantes sólo son aquellos que trabajan en forma independiente, que son cada vez menos, y eso no parece fácilmente reversible.

Será necesaria entonces mucha más comunicación con la comunidad de colegas, más información y escucha, pero también más rigurosidad en los datos verificables, para que no se ponga en riesgo la sostenibilidad del sistema.

Para mí, realizar aportes a la CPS ha sido una excelente inversión, por lo que me pregunto, ¿por qué no lo sería para los demás?

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