La reconfiguración del poder en Córdoba

La reconfiguración del poder en Córdoba

El amplio triunfo logrado por Alberto Fernández en las elecciones presidenciales de ayer modificará algunas piezas del tablero político en nuestra provincia y abrirá interrogantes en el ámbito legislativo. A partir de ahora, ya no será el ex jefe de Gabinete quien tenga que pedir el apoyo del gobernador Juan Schiaretti, como ocurrió a lo largo de la campaña. El resultado de las urnas provocó un previsible giro: el mandatario cordobés deberá gestionar un encuentro con el jefe de Estado electo. La necesidad de limar las diferencias que fueron surgiendo por la “neutralidad” de Schiaretti es mutua, sobre todo en función de la crítica situación económica que atraviesa la Argentina. En el Panal saben mejor que nadie que, sin un salvavidas de las futuras autoridades de la Casa Rosada, el margen de maniobra en materia fiscal es mínimo. Los 15 meses consecutivos de caída en la recaudación provincial así lo confirman.

La expectativa del Gobernador es cerrar en el corto plazo una reunión a solas con Alberto para comenzar a negociar el financiamiento del déficit de la Caja de Jubilaciones correspondiente al año pasado, que totaliza 2.300 millones de pesos; y los más de 8.500 millones de pesos, derivados de partidas para la obra pública que la gestión macrista le adeuda a este distrito. La idea es incluir en estas tratativas algunos asuntos que trascenderán lo meramente económico.

Después de salir terceros, por detrás de las listas de Juntos por el Cambio y del Frente de Todos, en el búnker de Hacemos por Córdoba procuraron transmitir anoche un mensaje de conformidad por el ingreso de su primer postulante a la Cámara baja: Carlos Gutiérrez. La realidad demostró lo contrario. No entró Claudia Martínez, de manera tal que el oficialismo provincial ni siquiera se aseguró el objetivo de mínima que se había trazado desde un principio con la controvertida boleta corta. Esto le impedirá a Schiaretti retener, a partir del 10 de diciembre próximo, un bloque de cinco diputados propios, como posee en la actualidad. De todos modos, el Gobernador los ofrecerá como prenda de cambio para que apoyen las leyes que impulse la nueva administración central, a la espera de recibir fondos frescos.

Tras el fracaso de la boleta corta, el Gobernador gestionará una reunión con el Presidente electo para intentar negociar apoyo legislativo a cambio de fondos

Mientras tanto, es válido recordar que tras el aplastante triunfo del 12 de mayo de este año cuando cosechó el 57% de los votos en los comicios provinciales, el Gobernador posee la tranquilidad de que, a partir de diciembre, tendrá el control absoluto de la Legislatura Unicameral a los efectos de poder sancionar los proyectos que crea convenientes. A los más de 50 parlamentarios propios de HPC, les sumaría otros provenientes de las filas del PRO, que operarían como aliados satélite para avalar normas clave.

Los problemas para Schiaretti asomarán por otro lado. Lo primero que tendrá que hacer es acomodar las cuentas de la Casa Espejada, en función del panorama de emergencia en que se encuentra sumergido el país. El otro posible inconveniente para el titular del Ejecutivo estará en la “periferia” de su gestión, como consecuencia de los reposicionamientos internos que se harán visibles en el justicialismo cuando Fernández asuma en la Rosada. Tal vez, el más relevante se adelantó el jueves último cuando Carlos Caserio confirmó que renunciará a la presidencia del PJ provincial, en rechazo a la postura ambivalente que asumió Schiaretti durante la contienda proselitista.

Caserio, quien es uno de los principales alfiles de Alberto, está decidido a profundizar las diferencias con el Gobernador. Lo hará desde la estratégica función de mandamás del bloque del PJ en el Senado de la Nación, desde donde haría también juego propio con el objetivo de anotarse para la sucesión en la Provincia. Lo acompañaría en esa movida la legisladora electa, Natalia de la Sota, una de las dirigentes predilectas de Fernández en este distrito.

Sensaciones ambiguas

Finalmente, hay que mencionar que el veredicto de los comicios presidenciales dejó satisfacción entre los referentes de Juntos por el Cambio en esta provincia, donde seis de cada 10 cordobeses ratificaron su alineamiento con el modelo macrista. El contudente respaldo a la lista de Mario Negri consolidó a esta jurisdicción como el mojón desde el cual se planea resistir al gobierno peronista-kirchnerista.

Este amplio espaldarazo en las urnas y la multitudinaria muestra de fidelidad que se le ofrendó días atrás al Presidente saliente en las inmediaciones del Patio Olmos no alcanzarán a disimular la sensación de orfandad de los ex socios locales de JPC. Estos tendrán que ir procesando el escenario desfavorable que les espera a la vuelta de la esquina. De cualquier manera, esa postal no es sorprendente debido a que la alianza entre radicales, macristas y juecistas se desintegró desde el mismo momento en que Negri y Ramón Mestre decidieron competir, por separado, en los comicios para la Gobernación, facilitándole a Schiaretti su continuidad. Ese duro revés se vio potenciado al perder también el timón de mando del municipio capitalino.

Sin poder real más allá de las bancas en el Congreso y en la Unicameral, los referentes cordobeses del centenario partido se verán en la obligación de barajar y dar de nuevo. Por lo tanto, sería saludable que todas sus autoridades y legisladores hagan una profunda autocrítica para darle algo de oxígeno a un espacio que, por sentido común e instinto de supervivencia, debería dejar de ser el furgón de cola de un macrismo en estado de descomposición.

@ernestkaplan

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