Desde el 9 de abril se realiza una extensa audiencia ambiental digital, donde se discute el estudio de Impacto Ambiental (EIsA) y la licencia ambiental del proyecto de una nueva ruta, la 38, en Punilla. Obra que es parte del proyecto del Corredor Bioceánico Porto Alegre–Coquimbo, una autopista para el flujo de camiones de gran porte con insumos y productos de megaminería, fracking y agronegocios, hacia mercados de Oriente, acortando miles de kilómetros de travesía marítima.
Este corredor ingresa a la Provincia de Córdoba desde Santa Fe, por la autovía en construcción de ruta 19, llega a la Circunvalación de tres carriles, continua por la Autopista a Carlos Paz, la variante Costa Azul y el puente sobre el lago San Roque eutrofizado, atraviesa Punilla con dirección a Cruz del Eje, para seguir de allí a La Rioja y a Chile.
En el Proyecto MCC96 del COSIPLAN-IIRSA, la nueva traza de la ruta nacional 38 figura como un By-Pass al Norte de las sierras de Córdoba”: un tramo con un costo de casi 200 millones de dólares, que atraviese todo Punilla, de Sur a Norte, tendrá casi 20 puentes para traspasar ocho cuencas hídricas de ríos y arroyos. Un 30% de su recorrido lo hará sobre bosques nativos de zona roja, obligará a desplazar a más de 40 familias, y alterará definitivamente áreas de alto valor arqueológico y paleontológico (cultura Ayampitin).
El EIsA presentado no describe ni prevé el daño en las cuencas hídricas que se verán afectadas, algo que reclama el Informe del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal del Conicet-UNC en el punto 8 de su documento de rechazo al proyecto. El problema es que ya Punilla se encuentra en una situación de colapso ambiental gravísima, y el año pasado los incendios arrasaron el área.
El lago San Roque se encuentra en descomposición, es un proceso de hipereutrofización que los investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNC vienen estudiando. La falta de cloacas, el desmonte y el calentamiento global constituyen los factores causales de la degradación del lago. La eutrofización del lago significa la multiplicación de cianobacterias, que eliminan toxinas muy peligrosas para la salud humana. Es un proceso mundial y la OMS manifestó que es un problema de salud emergente.
Las bacterias microcystina y anabena, ya detectadas en el San Roque, eliminan toxinas hepatotóxicas y neurotóxicas. En marzo de 2018 el ERSEP encontró anabaena en el agua de las canillas de casas de cinco barrios de la ciudad de Córdoba. En febrero de este año Aguas Cordobesas cortó el agua corriente de la mitad de la ciudad de Córdoba, porque no podía filtrar tantas bacterias y toxinas.
En marzo de este año el Instituto Nacional del Agua recomendó que las personas no entren en contacto con el agua del lago San Roque por las floraciones de cianobacterias. Y en las imágenes del monitoreo del Lago se observa que las cianobacterias proliferan desde la desembocadura del Rio Cosquín, demostrando lo degradada que ya se encuentra su cuenca; cuenca que sufrirá un duro golpe si avanza este megaproyecto.
Casi 700 personas se anotaron para opinar en la audiencia en curso, más de 500 rechazando el proyecto, pero necesitamos que todos los cordobeses conozcan lo que se está poniendo en juego en esta discusión.
La nueva ruta 38 por Punilla afecta la ecología del departamento, terminará de colapsar la cuenca del río Suquía, e imposibilitará recuperar el agua de un tercio de los cordobeses. Traer agua desde el río Paraná no es una opción válida, no sólo por cuestiones técnicas. Si los cordobeses no cuidamos nuestra agua, y quemamos y urbanizamos las cuencas en los últimos 20 años, no podemos pretender utilizar el agua de otra gente, de otro territorio: es nuestra obligación recuperar el agua de nuestras sierras, para nosotros, para las generaciones venideras, para el turismo y para la vida.
Es posible refuncionalizar la actual ruta 38, para agilizar su tránsito según las necesidades de la población local y su turismo. Debemos rechazar el plan para del corredor bioceánico, que atraviese las sierras de ecología inestable y amenazadas por el calentamiento global.
Incluso, si el gobierno provincial y los representantes legislativos regionales están muy comprometidos en este proyecto de venas abiertas, pueden diagramar un recorrido desde la Circunvalación cordobesa, por ruta 9 Norte y ruta 60 hasta Deán Funes, y de allí a Cruz del Eje, que era la ciudad que debía alcanzar el By Pass” de la ruta 38: sería menos costoso y no destruiría aún más la fuente de nuestra agua. Con el ahorro del nuevo recorrido por zonas llanas se podría encarar las obras siempre olvidadas de cloacas para Punilla, que el gobernador anuncia pero nunca figuran en su presupuesto.