Luego de seguir el operativo antipiquetes montado ante la marcha de las centrales sindicales al Congreso, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, evaluó la situación con el presidente Javier Milei en la Quinta de Olivos y destacó que “se alcanzaron los logros en materia de orden y seguridad”.
Pese a la masividad de la protesta, no se registraron incidentes, algo que fue destacado por el Gobierno. Más temprano, la funcionaria había asegurado que el paro general “no tuvo un alto acatamiento”, ya que “la mayoría de los argentinos” estaba trabajando. Además, sostuvo que la gente pudo “circular con mínimas dificultades por el centro porteño”, ya que la única arteria congestionada por la marcha fue la Avenida de Mayo.
“Sindicalistas mafiosos, gerentes de la pobreza, jueces cómplices y políticos corruptos, todos defendiendo sus privilegios, resistiendo el cambio que decidió la sociedad democráticamente y que lidera con determinación el presidente Javier Milei”, afirmó además Bullrich en la red X, donde enfatizó que “no hay paro” que “detenga” ni “amenaza” que “amedrente” al Gobierno. El vocero presidencial, Manuel Adorni, sostuvo además que el Gobierno “no puede dialogar” con una central obrera que paraliza el país y que, según sostuvo, es “un grupo minoritario”.
“En Argentina no se voltea más nada, mucho menos aquello que está en trámite parlamentario. Es muy difícil dialogar con esta gente. Consideramos que este paro es un gran sinsentido, es una complicación y una pérdida de dinero para muchísimos argentinos que quieren un país en paz”, respondió Adorni ante una consulta sobre la posibilidad de establecer una vía de diálogo con la CGT.
Por su parte, el ministro de Economía, Luis Caputo, criticó al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, por sumarse a la huelga general y a la movilización y sostuvo que “estamos frente a un paro político”. “Nunca tan claro para la sociedad que estamos frente a un paro político por tocarles privilegios”, indicó Caputo, quien además pidió a la Justicia que “tome cartas en el asunto” ante los dichos del cosecretario de la CGT, Pablo Moyano, quien consideró que la gente lo alzará para “tirarlo al Riachuelo”.