Un numeroso grupo de profesionales del derecho de todo el país difundieron una carta abierta a través de la cual manifestaron su rechazo a las modificaciones que el gobierno nacional pretende introducir en el Código Civil y Comercial de la Nación, a través de la Ley ómnibus.
Sobre el particular, sostuvieron que el proyecto de ley presentado por la gestión de Javier Milei “pretende modificar, entre otros, aspectos significativos relativos a salud mental, a los contratos, a la responsabilidad civil, e introducir el divorcio administrativo sin asesoramiento y patrocinio letrado, todos temas regulados en un sistema normativo que fue resultado de un arduo trabajo colectivo, federal y plural absolutamente democrático”.
Entre los profesionales que firmaron el comunicado, se encuentran: la mendocina Aída Kemelmajer, el cordobés Daniel Pizarro, Federico de Lorenzo, Ricardo Gil Lavedra, Nelly Minyersky, Alfredo Kraut, Miguel Ángel Ciuro Caldani, Noemí Nicolau, Marisa Herrera, Fernando Márquez, Gabriel Stiglitz, Ricardo Nissen, Juan Carlos Fernández, Silvia Tanzi, Fabián Faraoni y Gabriel Tavip, entre tantos otros.
Consultado al respecto, Pizarro, quien es jurista y docente de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), subrayó: “Una reforma al Código Civil y Comercial requiere de cierto consenso, un debate serio, y bajo ningún punto se justifica una Ley ómnibus como la que han mandado, tiene cosas buenas, cosas malas, pero no me parece que sea un procedimiento para reformar un Código”.
En simultáneo, aclaró: “Yo no creo que el Código Civil no pueda ser modificado, de hecho trabajé en 2018 en un proyecto integral de reforma, en una comisión designada por el ex presidente Macri, con (Julio César) Rivera y Diego Botana, en donde proponíamos una serie de reformas para emprolijar algunas cuestiones del Código que son cuestionables”.
Junto con una fuerte crítica, el doctor en derecho también señaló que hay cuestiones que deberían estar en el DNU. “Si uno lo piensa, habría tres cosas que hacer, que podrían y deberían estar en el DNU, dos de ellas están. La primera es el régimen de obligaciones en moneda extranjera que propone el DNU, que es el mismo que tenía el anteproyecto de Lorenzetti, Highton y Kemelmajer, que modifica por el texto actual, que permite el pago de la deuda en moneda extranjera en moneda nacional. Me parece que esa es una buena solución que pone el DNU y creo que debería ser mantenida”, dijo Pizarro en declaraciones al diario Comercio y Justicia.
“Lo segundo -agregó- es la derogación de la Ley de Alquileres que me parece que es una necesidad impostergable volver al Código Civil y Comercial”.
Y, como tercero, apuntó a una ausencia: “lo que no se ha hecho ni en el DNU, ni en la Ley Ómnibus, y que a mí me causa perplejidad, es derogar lo que queda de la ley 23.928, la Ley de Convertibilidad, y la prohibición de cláusulas de estabilización que permita las cláusulas de ajustes, que permita la indexación judicial acorde a la realidad que estamos viviendo”.
Sobre ese punto, advirtió que si eso no se sanciona rápidamente “vamos a tener una lluvia de planteos de inconstitucionalidad del régimen vigente”.
Siguiendo ese punto, el integrante de la Academia Nacional de Derecho de Córdoba graficó un ejemplo de la diaria judicial en tribunales: “Imaginate que todas las planillas que están firmes desde octubre, septiembre, con tasas de interés, tasa pasiva más el 4%, más el 5%, mensual, la que se te ocurra, contra tres meses de inflación de un 30%… te licuaron el crédito en las dos terceras partes”.
Divorcio
Para el catedrático, hay temas muy polémicos en el proyecto de ley como el del divorcio en sede administrativa, algo que considera “un despropósito”.
Otro tema es el de la sucesión por vía notarial, vieja aspiración de los escribanos y muy resistida por los abogados: “me parece que es una locura”.
“Lo que se ha hecho es muy desprolijo y desde mi punto de vista absolutamente inaceptable. Pero no porque no se pueda o deba reformar el Código Civil y Comercial, no creo que sea algo que haya que sacralizar, que se inmutable, de hecho trabajé en un proyecto de reforma que creo que sería bueno volver a considerar, pero no de esta manera que han propuesto que me parece que es una locura”, repite.
Por otra parte, reconoció que “hay cosas que están bastante bien en materia de prescripción, por ejemplo, y otras que son realmente malas en materia de cláusula penal y transacción, pero entran dentro del terreno de lo opinable”.
Finalmente, comparó: “El Código Civil es la Constitución Civil, requiere de reformas consensuadas, serias, meditadas, y no improvisadas como esta que se está realizando. Debería ser objeto de una cuidadosa reflexión y si se quiere reformar el Código, bueno, nos pongamos a trabajar en serio y no de esta manera casi prepotente, a mí me parece que es un gravísimo error y que sienta un mal precedente. En lo personal, salvo por esos tres puntos que mencioné, estaría de acuerdo con que no se toque de esta manera”.