Pablo Carro no es solo un político que busca revalidar su banca en la Cámara de Diputados por el espacio Fuerza Patria, sino el estandarte de la expresión peronista referenciada en Cristina Fernández de Kirchner en una de las provincias más adversas a ese movimiento: Córdoba. Docente de profesión y con experiencia parlamentaria desde 2017, Carro se planta como la única oposición coherente a las políticas de Javier Milei, contrastando con el llamado “cordobesismo” (Schiaretti/Llaryora/De la Sota), al que considera una mera rémora del peronismo que cedió su identidad para gobernar en alianza con los sectores concentrados de Córdoba. Su espacio defiende un proyecto político nacional, criticando la “sobreactuación del federalismo” y señalando la funcionalidad del cordobesismo al macrismo y al propio Milei, ejemplificado en los votos que dieron “gobernabilidad” al Presidente y que, según Carro, sumieron al país en una “crisis absoluta” en todas las áreas.
Más allá de la batalla ideológica, la dimensión personal de Carro revela un pasado singular y una vida ligada a lo popular: es hincha de Unión San Vicente y, como dato histórico, fue Granadero en los inicios de la democracia. Esta trayectoria se complementa con un perfil humano marcado por sus aficiones sencillas, como las caminatas y la natación, y un aspecto inesperado: su faceta de clown. Este dato inusual podría simbolizar la habilidad de este dirigente para moverse en un entorno hostil, manteniendo a flote la bandera kirchnerista en una provincia que, según él, estigmatiza el movimiento, a pesar de existir un núcleo de votantes que aún valora las transformaciones sociales e industriales de los gobiernos de Néstor y Cristina. Carro y su lista buscan romper el cerco que le fue funcional al cordobesismo para mantener el poder durante más de un cuarto de siglo.
HDC – ¿Cómo diferenciar a los peronismos de Córdoba?
Pablo Carro – El peronismo, de la mano de los Schiaretti o los Llaryora, perdió su identidad en la provincia. El llamado cordobesismo no es otra cosa que un partido provincial, una rémora de lo que en su momento fue el Movimiento Popular Neuquino, cuyo origen también estuvo en el justicialismo. Considero que hoy, tanto Schiaretti como Natalia de la Sota, son dos corrientes de una misma expresión política, que lleva gobernando Córdoba desde hace ya más de un cuarto de siglo. Y los valores de la doctrina peronista, del movimiento que fundara el general Juan Domingo Perón, hoy los encarna Fuerza Patria. Nuestro espacio se referencia justamente en Cristina Fernández de Kirchner, quien ejerce la presidencia del Partido Justicialista a nivel nacional. Nosotros planteamos un proyecto político nacional, no sobreactuamos el federalismo como sí lo hace Llaryora o la fuerza Provincias Unidas. Y si no, habrá que ver cómo quedaron claramente todos en offside tras dejarse sin efecto la quita de retenciones a los granos en apenas 72 horas. Ni Schiaretti ni De la Sota dijeron una palabra del fraude consumado desde el propio Estado y que benefició a un puñado de cerealeras en detrimento de los pequeños y medianos productores. Sí celebraron la quita de retenciones pero, contrariamente a lo que históricamente sostuvo el peronismo, nada propusieron para cubrir el bache fiscal por los recursos que el Estado dejaba de percibir, ni menos de la eventual suba de precios internos de los alimentos a causa de esta medida. Hablar en términos generales de “producción y empleo” como propuesta electoral, sin explicar cómo aumentar salarios y jubilaciones y propender a mayor trabajo registrado, es por lo menos demagógico. Porque no escucho a las otras dos listas, “Defendamos Córdoba” y “Provincias Unidas”, plantarse con firmeza ante el reclamo del establishment, del círculo rojo, de una reforma laboral, que solo persigue mayor precarización y reducción de los mal llamados costos laborales.
HDC – En campaña, hoy parecen ser todos opositores, inclusive el cordobesismo, que le fue tan funcional a Mauricio Macri primero y a Javier Milei después. ¿Cuántos opositores de verdad hay en las 18 listas?
P.C. – Fuerza Patria puede pararse con orgullo como la única fuerza opositora a las políticas de Javier Milei. Ante nada, porque fuimos coherentes en el voto de nuestros legisladores en el Congreso de la Nación y desde el primer momento: siempre votamos en un sentido y de manera unívoca contra todas y cada una de las iniciativas presentadas por el gobierno libertario. No pueden decir lo mismo el resto de los candidatos respecto a las fuerzas donde se referencian. Por ejemplo, no se entiende el discurso flamígero de Schiaretti o Llaryora en Chubut, cuando la reunión de los gobernadores de Provincias Unidas. Y es que en aras de “darle gobernabilidad” a Milei, votaron numerosas leyes en el Congreso que nos trajeron a este lugar de crisis absoluta en todos los órdenes: salud, discapacidad, universidades, jubilaciones, cultura. Si no le hubieran dado facultades extraordinarias al Presidente, si no le hubieran votado la Ley Bases, nos habríamos ahorrado muchos pesares. El pueblo argentino se hubiera ahorrado grandes sufrimientos…
HDC – Desde lo discursivo, hay muchos puntos en común con Natalia de la Sota. ¿Hablaron, hubo algún acercamiento antes de la presentación de las alianzas o el cierre de lista?
P.C. – Considero que Natalia de la Sota es otra vertiente de un mismo espacio político, el cordobesismo. Creo que fue muy hábil la presentación de su lista: es la arista “por izquierda”, mientras que Schiaretti es la arista “por derecha”. No tenemos contacto ni lo tuvimos. Sostenemos que, si realmente quiere mostrar algo distinto, no se puede mirar a un costado cuando de la realidad de nuestra provincia se trata. No la escuchamos hablar de lo que sucede en el Polo Sanitario, con la caída de contratos y los magros salarios del personal de los equipos de salud; tampoco de la quita que persiste en las jubilaciones provinciales; ni menos de la crisis en la educación, con salarios que no alcanzan y establecimientos que no tienen el debido mantenimiento. Sólo aparecen criticando las políticas nacionales, pero, en las mismas áreas, lo que hace Llaryora es similar que lo que plantea Milei a nivel nacional.
HDC – ¿Qué tan difícil es ser kirchnerista en Córdoba?
P.C. – Reconocemos que hay una estigmatización del kirchnerismo en la provincia. Eso le fue funcional siempre al cordobesismo, en tanto llegó y se sostiene por una alianza, no con los sectores populares, sino con la economía concentrada de Córdoba, el agronegocio, la Fundación Mediterránea y la Bolsa de Comercio. Y sabemos la aversión que ese sector concentrado y por demás poderoso tiene hacia el peronismo, que ahora lo define cual si fuera el propio demonio que ataca sus intereses como kirchnerismo. Pero nosotros estamos convencidos de que en Córdoba hay un núcleo de votantes importante que reconoce las transformaciones llevadas a cabo durante los gobiernos de Néstor y Cristina. Saben de los recursos que recibió la provincia para obra pública, para planes de vivienda, del impulso a las Pymes industriales. Todas políticas públicas que hoy están totalmente canceladas por el gobierno de Milei. Ni qué hablar de todas las políticas sociales que se volcaron hacia Córdoba. Faltan argumentos al momento de denostar, sin más, al kirchnerismo. Parece que algunos se fundan en ese sentimiento tan arraigado que viene desde mediados del siglo pasado, y que no es otra cosa que la antinomia peronismo antiperonismo. Si en esa narrativa se engancha el llamado cordobesismo, bueno, difícilmente pueda llamarse o autopercibirse como una expresión del peronismo.
La lista de candidatos titulares a diputados por Fuerza Patria
1) Pablo Carro
2) Constanza San Pedro
3) Pablo Martín Tissera
4) Florencia Dahbar
5) Emanuel Rodríguez
6) Camila Perassi
7) David Salto
8) Luciana Córdoba
9) Nicolás Venecia Giménez