“Juntos por el Cambio (JxC) tiene que definir rápido su interna y determinar qué modelo (de país) quiere presentar electoralmente porque eso va a condicionar el voto a (Javier) Milei”, alertó el fin de semana el politólogo Santiago Lacase, director de la consultora Agora, en un matutino porteño. En efecto, el economista ultraliberal sigue ascendiendo en las encuestas de intención de voto al punto que las consultoras ya hablan de un escenario dividido en tercios –uno para el Frente de Todos (FdT), otro para JxC y otro para Milei- en los comicios generales de octubre, lo que ensombrece las chances de la alianza opositora.
Para colmo, la definición de las candidaturas de JxC en las provincias siguen complicando las cosas, con rupturas ya confirmadas en algunos distritos que repercuten en el escenario nacional. Por eso, muchos esperan que el regreso del Mauricio Macri al país -tras otra larga estadía por Europa- ayude a clarificar el panorama, aunque los primeros gestos del ex presidente contradicen esas expectativas.
“Yo estaré ahí colaborando en el lugar que me parezca que puedo agregar más”, afirmó el fundador del PRO desde el aeropuerto de Barajas cuando fue consultado sobre su futuro político, con lo que no descartó una postulación presidencial. Es más, redobló el desafío a sus virtuales rivales internos al afirmar que “estoy en una coalición que tiene que aprender a competir. Tiene que demostrar que la competencia hecha con altura es algo sano y nos mejora”.
Hoy, de hecho, presentará su libro en Rosario, ciudad que ha concentrado las miradas nacionales por la crisis narco, donde visitará al intendente Javier Javkin, se mostrará con dirigentes propios como Federico Angelini y radicales como Carolina Losada y Maximiliano Pullaro, y recorrerá instituciones que luchan contra las adicciones. Casi como si ya fuera candidato.
La mala noticia para Macri es que llegará a Rosario horas después de que Elisa Carrió pateara el tablero político local al anunciar que la Coalición Cívica (CC) no formará parte del frente opositor que enfrentará al peronismo de Santa Fe porque existen vinculaciones de dirigentes con el narcotráfico (ver Carrió…). A lo que debe sumar gestos de rebeldía de sus principales aliados, que consideran que la falta de definición de su postulación empieza a mellar sus chances electorales.
“No estoy esperando a que Macri me unja como candidata”, advirtió en las últimas horas la titular del PRO, Patricia Bullrich, quien aseguró que el regreso del ex presidente a la Argentina y su decisión electoral no cambiará su postulación en las primarias de JxC.
“Hace 3 años que estoy trabajando y recorriendo el país. Lo recorrí tres veces y planteé todo este tiempo la necesidad de avanzar con los cambios. Me parecería una traición a la gente decirle que era todo una mentira. Mi camino está avalado por una trayectoria y por un plafón social”, sostuvo Bullrich, quien horas antes había formalizado también su alianza con Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos) en la interna de JxC, un desafío indirecto al liderazgo de Macri en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires – ya que el ex ministro de Economía de la Alianza pretende ser candidato a jefe de Gobierno-.
La noticia tampoco cayó bien al actual intendente porteño y precandidato presidencial del PRO, Horacio Rodríguez Larreta, quien salió a cruza a Bullrich y compañía al aseverar que “yo gobierno, estoy en la cancha, el resto son gritos desde la tribuna”. “Creo en la firmeza de resolver los problemas de la gente, no gritar desde la tribuna. Soy uno de los once que juega en la cancha, tengo que gobernar, tomar decisiones que no es fácil”, sostuvo Rodríguez Larreta en un diálogo radial, aunque aseguró que “a mí no me vas a ver nunca criticando a alguien de JxC, jamás, no lo hice nunca ni lo voy a hacer, porque creo que eso atenta contra la unidad y las posibilidades electorales”.