En medio de un contexto de fuerte incertidumbre económica complicado por los comicios presidenciales, el Gobierno argentino acordó ayer con China la ampliación del uso del swap de divisas por 47.000 millones de yuanes, equivalentes a US$ 6.500 millones, que se sumarán a las reservas de libre disponibilidad del Banco Central, lo que permitirá tener una mayor “capacidad de intervención” en el mercado de divisas.
La noticia fue anunciada por el propio presidente Alberto Fernández en una reunión bilateral que mantuvo con su par de la República Popular China, Xi Jinping, en el Gran Palacio del Pueblo de Beijing. “Acabamos de terminar una muy buena reunión con el presidente Xi Jinping. Le planteamos nuestros problemas y, una vez más, el Gobierno chino atendió nuestros pedidos y nos dio una ayuda muy importante: decidió ampliar el uso del swap que ya teníamos concedido. Lo habíamos pedido por US$ 5.000 millones y nos concedieron US$ 6.500 millones de dólares, lo que significa un gran alivio para la Argentina, porque significan reservas que ingresan al país”, dijo el Presidente.
“Van a ser de libre disponibilidad y ello nos permitiría intervenir en los mercados”, agregó el jefe de Estado, quien destacó que “cada vez que pasamos un momento difícil, el Gobierno de Xi Jinping nos brindó su apoyo”. “Estas son las cosas que los argentinos tenemos que saber valorar porque si no terminamos todos confundidos y por ahí hay un loco que dice que no va acordar ni negociar con un país cuando en verdad esos países ayudan a la Argentina muchísimo”, enfatizó en un palo hacia el candidato presidencial de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, a la vez que destacó que “China ha sido un hermano que nos acompañó en la pandemia y nos socorrió cuando el FMI nos puso en jaque”.
La activación del segundo tramo del swap es con carácter inmediato, al punto que ya tuvo efectos en la economía nacional. “Es una enorme noticia para el fortalecimiento de las reservas argentinas para acelerar todo lo que es el pago de importaciones pymes y también para tener capacidad de intervención en el mercado”, agregó el ministro de Economía, Sergio Massa, quien remarcó que “permite, además, que nadie dude respecto de la capacidad de pago de los vencimientos de Argentina ante el FMI en los próximos dos meses”.
El intercambio de monedas con el gigante asiático se prorrogó por tres años desde junio de este año y equivale a 130.000 millones de yuanes, es decir US$ 19.000 millones. El “swap” permite que se computen los yuanes como reservas brutas para fortalecer las cuentas públicas de Argentina. Su activación habilita a convertir los yuanes en dólares, permitiendo su uso para pagar deuda, importaciones en moneda estadounidense o para la intervención en el mercado cambiario. En ese caso, el uso del “swap” implica la contracción de endeudamiento con China: los yuanes que utilice Argentina deberán ser devueltos por el Banco Central a su homólogo chino junto con el pago de una tasa de interés calculada en base a la tasa interbancaria de Shanghái (Shibor), que es más baja que la de organismos como el FMI, la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o el Banco Mundial (BM).