Después del cimbronazo que provocó en el ámbito municipal el fallido show del cantante Ulises Bueno, a raíz de la filtración de los costos que iba a tener dicho espectáculo, ayer se sumó un nuevo condimento político a lo que sería parte de una interna entre schiarettistas y llaryoristas con vistas a las elecciones de 2023.
Se trata de la renuncia del secretario de Gobierno provincial, Federico García. El paso al costado de quien secundaba a Facundo Torres en un estratégico ministerio del Centro Cívico se registró tras su participación el lunes pasado en una reunión de gabinete encabezada por el gobernador Juan Schiaretti, donde el hasta entonces funcionario llaryorista fue apuntado como uno de los armadores de las juntas promotoras que resisten los históricos caciques departamentales, reveló en un artículo el diario Alfil.
Al respecto, indicó que la vieja guardia del PJ desde hace tiempo viene manifestando su disconformidad frente a los lanzamientos de las juntas promotoras y actos políticos en distintos puntos de la provincia que promueven al intendente Martín Llaryora como candidato a gobernador para el año próximo.
Consideran que son jugadas apresuradas e inoportunas por lo que intenta reordenar y estructurar la estrategia electoral desde el partido. Lo cierto es que, pese a la resistencia de los históricos caciques territoriales, la movida pro llaryorista avanza a lo largo y ancho del mapa cordobés como una onda expansiva sumando nuevas adhesiones en cada departamento.
Frente a esa radiografía política, la posición de los históricos fue elevada directamente al propio Schiaretti el lunes en una reunión política que tuvo lugar en el Panal. Además del vicegobernador Manuel Calvo, del ministro Torres, y sus pares de Agricultura, Sergio Busso, y de Vinculación Comunitaria, Paulo Cassinerio, participaron el presidente provisional de la Legislatura, Oscar González, y el titular de la bancada de Hacemos por Córdoba, el legislador Francisco Fortuna.
Al parecer, apenas horas después del cónclave con el mandamás del Ejecutivo, García que acompañó a Torres en el ministerio de Gobierno desde diciembre del 2019, dimitió a su cargo tras ser apuntado en esa mesa como armador de las movidas en el interior.
García es ex intendente de Laguna Larga y un llaryorista de la primera hora. También, uno de los primeros funcionarios provinciales que salió a apoyar la candidatura del intendente y que se sumó a las juntas promotoras. Junto al diputado nacional y amigo personal del intendente capitalino, Ignacio García Aresca, se vienen mostrando en distintos actos del interior como el de San Alberto o Colón hace apenas unos días.
Aunque el tema se maneja con total hermetismo desde el Panal, su salida del equipo de Schiaretti pareciera ser un mensaje con un claro destinatario: el propio Llaryora. El intendente no sólo no está en la ciudad (cumple una misión institucional en Estados Unidos) sino que además atraviesa con su gestión la primera gran turbulencia política. El escándalo desatado por el show que no fue de Ulises, golpea de lleno a la administración municipal por estas horas.
Con lo de García los schiarettistas no sólo buscan mostrar el poder de fuego que todavía conservan, sino que, además, buscan enviar hacia adentro del peronismo un mensaje disciplinador. Si el llaryorismo se dejará disciplinar, restará por verse. Por lo pronto, apenas corrió la noticia de manera interna, los actos previstos para esta semana fueron todos ratificados, indicó la periodista Yanina Soria en su nota.