Las universidades nacionales atraviesan una crisis presupuestaria histórica que amenaza con poner en peligro su funcionamiento. El gobierno nacional, por segundo año consecutivo, congeló los recursos destinados a las casas de estudio, lo que significa que operan con un presupuesto prorrogado a diciembre de 2023, sin contemplar el impacto de la inflación acumulada. A pesar de este contexto, según la investigación de la Fundación Colsecor , las universidades siguen recibiendo una gran cantidad de ingresantes y un aumento en la demanda educativa.
En 2025, las universidades nacionales, incluyendo la de Córdoba, reportan cifras récord de estudiantes que se inscriben para comenzar sus carreras. En la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), el número de ingresantes se mantiene cercano a los 50.000, una cifra apenas menor a la del año anterior, cuando 51.637 estudiantes se inscribieron en el ciclo lectivo. Las facultades más demandadas de la UNC incluyen Psicología, Derecho, Ciencias Económicas, y algunas carreras de la Facultad de Ciencias Médicas como Enfermería y Kinesiología.
La tendencia también se refleja en otras universidades del país. Por ejemplo, la Universidad Nacional de Rosario (UNR) alcanzó un récord de 30.124 inscriptos, un aumento del 14,3% respecto al 2024, mientras que la Universidad Nacional de Mar del Plata sumó más de 20.000 nuevos estudiantes, un crecimiento del 20% en los últimos tres años. Este incremento en las inscripciones pone en evidencia una clara preferencia por las universidades públicas, aunque el presupuesto congelado plantea serios desafíos para garantizar el funcionamiento adecuado de las mismas.
La crisis económica y sus efectos en la matrícula
A pesar de la situación crítica, las universidades públicas continúan siendo una opción preferida por los jóvenes, quienes encuentran en ellas una oportunidad accesible de educación superior. Sin embargo, la falta de recursos suficientes complica la capacidad de las instituciones para hacer frente a las nuevas demandas, especialmente cuando la inflación y los costos de vida están en constante aumento. Esto se traduce en una tensión interna en muchas casas de estudio, que deben reorganizar sus recursos y gestionar el ingreso de estudiantes de forma eficiente.
En algunas universidades, como la Universidad Nacional del Centro (UNICEN), el cambio en la conformación de la matrícula refleja la crisis económica. Aunque la matrícula de estudiantes locales ha aumentado, el número de estudiantes provenientes de otras localidades ha disminuido, lo que responde a los altos costos de traslado y alojamiento. Este fenómeno no es aislado y se repite en otras instituciones de la región.
Desafíos futuros y la deuda histórica
A pesar de estos esfuerzos, el sistema universitario argentino aún enfrenta una deuda histórica en términos de infraestructura, salarios docentes y recursos para el desarrollo de nuevas ofertas académicas. Las universidades públicas siguen operando con un presupuesto que no logra ajustarse a las necesidades reales del sistema, lo que genera un riesgo para la calidad educativa y la sostenibilidad de la oferta académica. El futuro inmediato es incierto, ya que, mientras la demanda crece, los recursos escasean, generando una situación de precariedad que pone a prueba la resiliencia de las instituciones educativas.
En este contexto, el desafío será encontrar un equilibrio entre la atención a las crecientes demandas de los estudiantes y la necesidad urgente de una mayor inversión en el sistema universitario. Las universidades públicas de Córdoba, como el resto del país, se encuentran en una encrucijada, donde el aumento de estudiantes podría no ser suficiente para sostener el sistema si no se acompaña de un adecuado apoyo financiero por parte del Estado.
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