Cuándo acudir a una consulta por padecimientos mentales

El Ministerio de Salud brindó recomendaciones a la comunidad para el cuidado de la salud mental

Cuándo acudir a una consulta por padecimientos mentales

El Ministerio de Salud, a través de la Secretaría de Salud Mental, brindó recomendaciones a la comunidad para el cuidado de la salud mental. Desde la cartera, recomendaron sumar hábitos protectores en la vida diaria, y conocer los principales signos que ameritan realizar una consulta profesional.

A su vez, recordaron que todas las personas, en algún momento de la vida, pueden atravesar alguna dificultad de salud mental por la permanente exposición a situaciones conflictivas que activan emociones como ansiedad, miedo, tristeza, frustración o rabia, y que se acompañan de cambios en el funcionamiento corporal como palpitaciones y tensión de los músculos, entre otras.

“Se trata de reacciones esperables y transitorias, su duración es variable y en algunas ocasiones actúan como mecanismos de defensa que, de alguna manera, alertan y preparan a las personas para enfrentarse a tal escenario. Si aparecen, no es necesario alarmarse ni patologizar”, explicó Claudia Simonini, directora del Hospital Neuropsiquiátrico Provincial y coordinadora del Programa Cuidarnos, dependiente de la Secretaría de Salud Mental.

Sin embargo, la referente advirtió que, en ciertos momentos, estos mecanismos de defensa no funcionan completamente cuando la persona se enfrenta a situaciones que superan su capacidad de adaptación, y pueden aparecer alteraciones, expresiones corporales y psicológicas que ya no son protectoras.

Es aconsejable realizar una consulta profesional ante los primeros síntomas o malestares; algunos signos a tener en cuenta son: dificultad para conciliar el sueño, sueño entrecortado o imposibilidad de descansar y desconectarse; pensamientos recurrentes e intrusivos que mantienen a la persona permanentemente en estado de alerta o tensión; cambios abruptos en el estado de ánimo que se experimentan con una intensidad no habitual; manifestaciones corporales (dolores de cabeza repetitivos, malestares estomacales, molestias musculares, cansancio extremo); ansiedad con duración e intensidad que no es habitual; conflictos en los vínculos; dificultad de realizar actividades que antes se disfrutaban y ahora se vuelven aburridas y tediosas. A su vez, desde el ministerio aseguraron que el hecho de atravesar determinada situación de salud mental, no necesariamente implica la presencia de una patología.

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