Cuatro millones de personas colman las calles porteñas para festejar con la Selección

La multitud que se congregó en diferentes puntos de la capital, sobre todo en el Obelisco, obligó a cambiar el recorrido previsto sobre la marcha.

Cuatro millones de personas colman las calles porteñas para festejar con la Selección

Cuatro millones de personas configuraron hoy una gigantesca marea albiceleste y salieron a las calles para saludar a la selección argentina campeona del mundo, en una imponente demostración de agradecimiento que será recodada por décadas en el país.

La Policía de la Ciudad de Buenos Aires informó a Télam que son cuatro millones las personas que se movilizaron este martes en distintos puntos, como el Obelisco porteño, la avenida 9 de Julio, la autopista 25 de Mayo, Ricchieri y la zona de Ezeiza, desde salieron los jugadores en caravana.

La concentración ya era masiva en el Obelisco en las primeras horas de la mañana y en el predio de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), en Ezeiza, donde una multitud hizo vigilia y recibió a la ‘Scaloneta’ tras su llegada al país en un avión de Aerolíneas Argentinas durante la madrugada.

Aunque inicialmente se esperaba que el micro con los jugadores llegara a saludar al Obelisco, ante la impresionante concentración de personas un tuit de cuenta oficial del seleccionado campeón informó que se modificaba el recorrido.

«Los futbolistas se acercarán a saludar a los hinchas desde la Autopista 25 de mayo y 9 de Julio, de acuerdo al circuito dispuesto por los organismos de seguridad (Nación, Provincia y Ciudad de Buenos Aires)», indicaron en la red social.

Desde entonces, la multitud se desplazó desde el Obelisco a la autopista 25 de Mayo en su intersección con la Avenida 9 de Julio, donde bajo un sol abrazador comenzaron a caminar y entonar los cánticos de aliento a la Selección, con la ya mítica «Muchachos.. » que se repetía sin cesar.

Otros grupos de amigos y familias se desplazaban del Obelisco a la Plaza de Mayo a la espera de información sobre el recorrido definitivo del micro de la Selección, con expectativas de finalmente poder ver a los jugadores.

Frente a la Casa Rosada se instalaron cuatro pantallas para que la gente pueda seguir la fiesta de los campeones, y allí el sonido era de bombos y murgas en una fiesta popular que nadie quería dejar.

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