Del saber a la tierra: La Verdolaga, una “huerta escuela” comunitaria

Nacida en pandemia, La Verdolaga es referencia local en producción sustentable, soberanía alimentaria y economía popular.

La Verdolaga

A pocos metros del Parque Sarmiento, sobre Avenida Ricchieri 1955, dentro del Vivero Municipal, la huerta agroecológica La Verdolaga no solo cultiva alimentos sino también conocimientos, proyectos colectivos y una forma alternativa de entender el trabajo, la alimentación y el vínculo con la tierra.

Impulsada desde 2020 por la Dirección de Nuevas Economías de la Municipalidad de Córdoba, junto a la Secretaría de Ambiente, el INTA, la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Provincial de Córdoba y organizaciones sociales, La Verdolaga nació en plena pandemia como respuesta la necesidad de formar redes de conocimiento entre referentes de huertas comunitarias y brindar capacitaciones prácticas en agroecología a vecinos y estudiantes.

En diálogo con Hoy Día Córdoba, Augusto Zarate, director general de Nuevas Economías y Judith Grill, participante de la huerta e integrante del equipo de agroecología de la Dirección de Nuevas Economías, reflexionaron sobre los orígenes, desafíos y la importancia de este proyecto que tiene al cuidado ambiental y el trabajo colectivo en la tierra como los principales puntos de transformación.

En principio, Augusto contó los inicios del espacio en contexto de pandemia en el marco del proyecto ‘Fomentando Huertas Comunitarias’. “En primera instancia se buscaba consolidar un espacio de encuentro con diferentes organizaciones de la Economía Popular que venían desarrollando huertas comunitarias en diversos barrios de Córdoba, con el objetivo de generar una huerta escuela”, aseguró.

Esa “huerta escuela” tomó forma en el Vivero Municipal y desde entonces funciona como centro de capacitación para vecinos, estudiantes, integrantes de cooperativas y organizaciones sociales. En ese sentido, detalló: “La participación es abierta a toda la comunidad y se puede visitar los lunes, miércoles y viernes de 8 a 12. También se dictan talleres gratuitos sobre agroecología y huerta”. La propuesta formativa abarca temas como diseño de huertas comunitarias, producción de semillas, manejo de plagas, compostaje, floricultura nativa y elaboración de bio-preparados.

Por su parte, Judith contó su experiencia como participante activa desde los inicios de la huerta: “Comenzamos en 2020 con una primera instancia que fue más formativa, a pesar de que ya veníamos con trabajos territoriales en los barrios. Esta fue una instancia de aprendizaje y a la vez un nexo y una red para transmitir todo este aprendizaje en nuestros espacios de trabajo”.

El equipo que trabaja día a día en La Verdolaga está conformado por 13 personas provenientes de distintas cooperativas y organizaciones sociales. Ellos se encargan del mantenimiento de la huerta, de las siembras y el riego y constantemente participan en las instancias formativas. “En la huerta se practica mucho la creación conjunta de conocimientos, llamamos a esto el aporte que tiene cada uno de los participantes, sea por su formación, por su experiencia, por su cultura, cada uno tiene algo para aportar”, explicó Zarate. “Dentro del equipo hay profesionales de nutrición, agronomía, también nos asesoran técnicos del INTA y de la Facultad de Ciencias Agropecuarias. Entre todos se va haciendo una planificación y planteando objetivos en el corto, medio y largo plazo”.

Producción sustentable y valor agregado

La Verdolaga enseña a producir, pero también a aplicar lo aprendido en las capacitaciones, que abarcan temáticas muy diversas, como la cosmética natural. “Entonces le pusimos agregado de valor a las plantas, a los efectos medicinales de las plantas aromáticas”, relató Judith sobre cómo esos aprendizajes se aplican en la práctica diaria de producción.

“Siempre se pone el foco en la agroecología, eso es muy importante, lo transversal y troncal es la agroecología, y a la vez con el foco en la economía popular. Entonces, cómo podemos a partir de esto también generar un ingreso”, agregó.

Los productos cosméticos naturales fueron resultado de un curso de química cosmética realizado en 2023 en articulación con la Huerta Mariposas, otro espacio municipal que funciona en la UPC. A partir de ahí y tras la participación en otras instancias formativas nacieron los proyectos “De la huerta a tu piel” (cosmética natural) y “De la huerta a tu mesa” (gastronomía social). “Actualmente muchas mujeres participantes de la huerta se están formando en gastronomía social y gourmet, y siempre se hace un entrecruzamiento de los saberes, es un diálogo entre lo que ya vienen trabajando y los saberes más académicos que adquieren”, explicó Grill.

Respecto a la producción, Judith detalló: “En cuanto a lo que producimos en la huerta tenemos: compost, bokashi, plantines de hortalizas y plantas aromáticas, flores, siembra directa y en canteros organopónicos. Usamos bio-insumos en caso de ser necesario. El principio básico es la reutilización de recursos, no dependemos de insumos externos, como agroquímicos”.

Si bien la superficie es reducida, se produce una gran diversidad de hortalizas, verduras de estación y aromáticas. «Se van rotando los cultivos, tanto en el tiempo como en el lugar, donde se siembran en la huerta. Ahora en invierno hay lechuga, acelga, habas, arvejas, se cosechó batata la semana anterior por ejemplo. Lo que se produce se reparte entre los participantes y se hacen donaciones en épocas de cosecha”, precisó Zarate.

Una red que busca ampliarse

El entusiasmo del equipo actualmente se centra en el proyecto “Semillas” que busca la extensión en la ciudad y el acompañamiento a otros espacios de plantación. Sobre esto Judith adelantó: “El objetivo de este año es empezar a ir al territorio directamente y acompañar los distintos espacios con las semillas ya cosechadas de la misma huerta. Sería una cuestión de expandirnos dentro de la ciudad y acompañar los procesos para que sean más reales».

Un aspecto clave en el desarrollo de la huerta fue la articulación institucional del INTA, la UNC, la UPC y el acompañamiento de profesionales como la ingeniera agrónoma Fátima Varela, destacada por Grill por su colaboración permanente.

La huerta La Verdolaga también fue punto de prácticas para estudiantes secundarios. “Han participado un año pasantes de secundarios, hicieron sus pasantías ahí en La Verdolaga, junto con Ambiente de la provincia. Fueron como cinco grupos, habrán sido al menos 50 adolescentes”, comentó Judith.

La experiencia de La Verdolaga aportó a una transformación más amplia: la creación y promoción de una ordenanza de agroecología. “Desde hace unos años se está llevando a cabo la ordenanza de agroecología, de la promoción de la producción agroecológica, junto con productores de la ciudad y alrededores. En este momento estamos en el proceso de reglamentación de la ordenanza, que es un gran paso para las políticas públicas sobre la agroecología”.

En relación a la normativa, Zarate enfatizó el impacto positivo que tendrá: «Tenemos muchas expectativas que con la conformación del Consejo de Producción Agroecológica, que establece la Ordenanza Municipal, nos va a permitir aunar esfuerzos de distintas áreas municipales y provinciales junto al sector que viene trabajando con los métodos agroecológicos para desarrollar diversas acciones a fin de mejorar, visibilizar y potenciar las huertas comunitarias, nuestra huerta municipal La Verdolaga, los espacios de comercialización y los espacios productivos, para tener mayor alcance y que los productos saludables lleguen a más vecinos de nuestra ciudad».

En ese sentido, las políticas públicas, el compromiso de las organizaciones sociales y la participación de la comunidad se vuelven fundamentales para la continuidad de proyectos como La Verdolaga. «Compartir y aumentar estos saberes en el transcurso de todos estos años fue lo más valioso. Para mí, esta experiencia fue fundamental«, concluyó Judith Grill destacando la importancia de los saberes compartidos y el trabajo en equipo.

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