El debate sobre seguridad digital tras el bloqueo de plataformas en escuelas

Entre riesgos de grooming, pérdida de atención y tensiones con el uso del celular, docentes y especialistas coinciden en que el desafío exige estrategias transversales.

El debate sobre seguridad digital tras el bloqueo de plataformas en escuelas

Los programas de videojuegos en las aulas.

Después de que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) anunciara el bloqueo de Roblox en las redes escolares a raíz de denuncias por grooming y riesgos asociados al uso de la plataforma por niños y adolescentes, la medida comenzó a replicarse en otras jurisdicciones. Córdoba fue una de las primeras en adoptar la misma decisión, junto con San Juan, Misiones y Mendoza. El creciente mapa de restricciones reabrió un debate: ¿qué lugar deben ocupar los videojuegos y las plataformas digitales dentro de la escuela?, ¿cómo se cuida a los estudiantes sin recurrir únicamente a la prohibición?, ¿qué ocurre en la práctica cotidiana dentro de las aulas?

La problemática cruza cuestiones de convivencia escolar, seguridad digital, aprendizaje, vínculos familiares y dinámicas sociales que exceden a las instituciones educativas. Y en Córdoba, donde cientos de escuelas utilizan computadoras y recursos tecnológicos como parte de la rutina pedagógica, la medida da respuesta a la experiencia diaria que viven desde hace años los docentes con los estudiantes.

La decisión de Córdoba se adoptó casi inmediatamente después del anuncio de CABA y se enmarca en una tendencia regional: limitar desde las redes educativas institucionales el acceso a plataformas de juegos en línea que requieren interacción constante y que, según distintos especialistas, exponen a los estudiantes a riesgos complejos de detectar. Roblox, una plataforma global con más de 200 millones de usuarios mensuales, en la que los chicos pueden crear avatares, chatear y participar en distintos mundos virtuales, ocupa el centro de la escena por su masividad y por denuncias internacionales relacionadas con grooming.

Pero para los especialistas en educación digital, restringir el uso no resuelve el problema de fondo. Para los docentes en el aula, en cambio, el bloqueo aparece como una medida que alivia parcialmente desafíos que ya venían enfrentando.

Viviana Postay, referente nacional en gestión educativa, cordobesa e integrante de Argentinos por la Educación, es una de las voces más activas en debates de este estilo. Consultada sobre si los videojuegos podrían tener un uso pedagógico en el aula, su postura es clara: “Absolutamente si. hay propuestas de enseñanza geniales que involucran la gamificación en todas las áreas, incluso ciencias sociales”.

Sin embargo, al hablar de seguridad digital, Postay sostiene que el desafío no es simple ni se resuelve con una sola medida: “Es un tipo de diálogo que se realiza, que se lleva adelante pero siempre en el marco de adultos desbordados conversando con adultos desbordados. El tema ‘pantallas y chicos’ nos pasó por encima a todos, estamos en un momento de transición donde aparecen investigaciones que muestran que, más allá de problemáticas como el grooming, el mismo uso del celular altera el ritmo de sueño y la producción de melatonina”.

La especialista describe un panorama complejo, donde diversas problemáticas se potencian entre sí: “Tenemos chicos con insomio que no apagan el teléfono por la noche. Tenemos aumentos de trastornos de salud mental (depresión, ataques de pánico, ideación suicida, autolesiones) que poseen vínculo directo con redes sociales o con navegación ilimitada en sitios pornográficos. Tenemos chicos ludópatas que tienen 13 años. Tenemos un nivel de concentración totalmente disminuido porque la atención es cada vez más breve, lo que afecta seriamente a los aprendizajes. El tema es serio”.

Ante ese escenario, el vínculo entre escuela y familias es algo clave aunque nunca sencillo: “Las conversaciones entre familia y escuela están, pero no porque una parte ‘se las sepa todas’ (los docentes) y vaya a instruir a padres. Es un poco conversar para ver cómo vamos a salir juntos adelante de esta situación que está incrementando notoriamente las vulnerabilidades de nuestros chicos. Es decir: de grooming sí se habla y mucho, hace varios años ya, pero lo que está pasando supera ampliamente al grooming”.

Viviana Postay asegura que se necesita un diálogo entre escuelas y familias.

Para Fabio Tarasow, Máster en Comunicación y Tecnología Educativa, la discusión sobre Roblox es solo la punta del iceberg: “Yo creo que no dejaría planteado solamente la discusión en el Roblox, pese a que el Roblox es una punta como el iceberg, digamos, que abre la posibilidad de discutir mucho más y que tiene que ver con el uso de los celulares o qué parte del internet es valioso en la educación y qué parte debería estar habilitado”.

“El uso de los dispositivos y del internet tiene sentido siempre y cuando el docente le prepare, diseñe una actividad donde navegar por internet o usar alguna app tenga un sentido pedagógico. Si no, no. Si no, los dispositivos en clase tienen que estar apagados. Ese es un consenso al que se está llegando”, asegura sobre las decisiones en escuelas y entre los especialistas.

Tiempos difíciles para sostener la educación

El especialista cuestiona que la vía para ordenar estos usos sea la prohibición estricta: “Por ahí, de manera extrema, la prohibición no me parece, lo que me parece es que uno tiene que llegar al consenso y al acuerdo de cuándo sí y cuándo no y tratar de sostener esos acuerdos, que son difíciles”.

“La prohibición en cierto sentido es una medida altamente antidemocrática, creo que hay mucho para hacer, mucho para acompañar, mucho para tratar, mucho para discutir, mucho para hacer, mucho para ejercitar sobre todas las aplicaciones, la información, noticias e inteligencia artificial con los chicos”, agrega.

Sin embargo, al ser consultado específicamente por la plataforma prohibida recientemente en las escuelas expresa: “¿Perdemos algo si el Roblox queda fuera de las aulas? No, no perdemos nada. Nada valioso, nada que sea irreemplazable”.

Fabio Tarasow destaca que es importante «llegar a un consenso» sobre estas plataformas.

Cómo es la experiencia cotidiana en las aulas

María Eugenia Nieto, docente y ayudante técnica en un IPEM de Villa Carlos Paz, ofrece la mirada de quienes lidian diariamente con el problema en el terreno. Aunque evita hablar en nombre de la institución, describe una situación que se repite en muchas escuelas provinciales: “Nosotros tenemos afortunadamente 30 computadoras de TecnoPresente que nos otorgó la provincia y con eso prácticamente todos los profes trabajan. Es el principal recurso informático del que disponemos”.

“Todas las semanas me tengo que tomar el trabajo de desinstalar todos los juegos que descargan, no es solamente Roblox. Counter Strike, es otro, que es un juego sumamente violento. Son varios los juegos que usan los chicos”, expone sobre el panorama de entretenimiento de las infancias.

Para Nieto, el problema principal no es únicamente el grooming sino también la pérdida de atención en el aula: “Es algo que vulnera la atención, contribuye a que el docente tenga que competir con un juego, con una plataforma, al igual que con el celular”.

La docente describe escenas diarias que reflejan la rapidez con la que los estudiantes sortean cualquier control. “El otro día tuve que desinstalar ocho, nueve plataformas de juego que las descargaron en segundos en una computadora que al día anterior yo ya la había dejado limpia”, asegura con asombro.

María Eugenia, que además es madre de dos niños que también juegan en este tipo de plataformas, reconoce que tienen un atractivo especial: “Roblox es casi una especie de red social. Es un espacio de socialización en muchos niños y niñas, por eso el énfasis hoy”.

Es un entorno de cacería ideal por parte de groomers. Lo especial de Roblox es su masividad. Juegan niños y niñas. Por ejemplo, el Counter Strike es preferentemente de varones. Roblox devino en un ámbito de socialización de los chicos y chicas. Chatean y juegan entre ellos”, cuenta.

Además, detalla que la decisión de Córdoba replica tendencias internacionales: “Obedece también a una idea de hacerse eco de numerosas denuncias que tiene dicha plataforma en Europa ante el grooming, y que los CEOS de ésta se negaron a aplicar mecanismos que ayuden a identificar pedófilos entre sus usuarios”.

Solo el bloqueo no alcanza: el debate sobre los celulares

Aunque la medida ya fue aplicada, su impacto es limitado. “Si los estudiantes tienen datos en su teléfono celular, acceden a la plataforma con sus datos. Y allí nos volvemos al debate sobre el uso de los teléfonos celulares”

Y en ese punto, vuelve a aparecer un consenso generalizado entre especialistas y docentes: el celular es, en realidad, el principal dispositivo a través del cual se sostienen las prácticas problemáticas y los hábitos de juego o navegación. Aún bloqueando Roblox en la red de la escuela, la continuidad del uso ocurre por fuera del control institucional.

Nieto advierte que solo la escuela no puede combatir un fenómeno que se desarrolla mayormente en los hogares: “La escuela va andamiando estrategias de cuidado y es en la escuela donde se visibilizan consecuencias de lo que los chicos viven. Los docentes que están en el aula están constantemente desafiados a competir con el celular por la atención de los estudiantes, a lidiar con el uso que los estudiantes hacen de Tik Tok o Instagram, o juegos”.

María Eugenia Nieto cuenta como se vive esta problemática en las aulas.

Consultada sobre si los videojuegos podrían integrarse pedagógicamente, Nieto es escéptica respecto a plataformas como Roblox o Counter Strike: “No lo veo con éstos videojuegos, concretamente que generan tanta atracción que subsume a los chicos horas y horas”. Aunque reconoce que pueden servir como punto de partida: “A veces suele ser un recurso para que estudiantes planteen un tema y lo imaginen con forma de juego”.

Tarasow, por su parte, comenta que hay videojuegos con potencial educativo, especialmente cuando se integran en secuencias didácticas planificadas: juegos antiguos de CD, o plataformas como Minecraft Education.

“La situación de los profes hoy frente a las aulas que son muy difíciles, realmente yo te puedo asegurar que son muy muy adversas, muy difícil para un profe competir con eso. En las escuelas todavía siguen siendo el lugar donde se los mira a los chicos, donde se les da mirada, no sólo se los ve. Todos estamos atentos a lo que juegan o descargan los estudiantes, es una tarea compartida, hasta la bibliotecaria nos ayuda”, resume sobre la diaria en las escuelas.

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