Fue señalizado el sitio donde efectivos policiales asesinaron a Blas Correas

La ceremonia que bregó por la memoria del joven estuvo a cargo del director de Políticas contra la Violencia Institucional, Mariano Przybylski.

Fue señalizado el sitio donde efectivos policiales asesinaron a Blas Correas

La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación señalizó ayer la zona donde, la madrugada del 6 de agosto de 2020, efectivos policiales de un puesto de control balearon y provocaron muerte al adolescente de 17 años Valentino Blas Correas. Por el crimen están imputados 13 policías.

La placa de señalización tiene inscriptas las palabras “memoria, verdad y justicia”, simbolizando el accionar de violencia institucional. También contiene la foto de la víctima y datos del hecho ocurrido. La placa fue colocada en la intersección de avenida Vélez Sarsfield y Romagosa, en la zona sur de la capital cordobesa.

En este marco, la ceremonia estuvo a cargo del director de Políticas contra la Violencia Institucional, Mariano Przybylski, en representación del secretario de Derechos Humanos de la nación, Horacio Piegtragalla Corti.

“Valentino Blas Correas fue asesinado por efectivos de la policía de Córdoba en agosto del 2020. Un abrazo enorme a su familia y seres queridos en este día tan especial, seguiremos reclamando justicia. Argentina unida contra la violencia institucional”, puso en la red social Tweitter Pietragalla Corti.

Soledad Laciar, madre de la víctima, participó de la actividad y manifestó a los medios locales que hoy, 12 de febrero, su hijo cumpliría 19 años y anheló que la señalización “sea un paso más para que haya cambios y estos actos de violencia institucional no vuelvan a ocurrir». «Quisiera que mis hijos recurran a la policía sin miedo cada vez que precisen ayuda”, recalcó.

Estuvieron presentes entidades como el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julián López; los legisladores nacionales Gabriela Estévez (Frente de Todos) y Mario Negri (Juntos por el Cambio), además amigos del adolescente, familiares de víctimas de «gatillo fácil» y violencia institucional.

Los 13 policías, con distintos grados de participación, están acusados por los delitos de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego, abuso de autoridad calificada, encubrimiento, falso testimonio y omisión de los deberes de funcionario público”.

Por último, tres empleados del sanatorio Aconcagua, están imputados por «abandono de persona» al negarse a atender a Blas cuando sus amigos lo llevaron gravemente herido.

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