Tras los episodios de violencia contra la fundación del padre Mariano Oberlin, y luego de las críticas del arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, la Arquidiócesis local concretó ayer una concentración contra el narcotráfico y la violencia en nuestra provincia.
A las 19 en la explanada de la Catedral de Córdoba, bajo la consigna de “¡Basta de droga! ¡Basta de violencia!”, se llevó a cabo la manifestación. En el encuentro, el arzobispo cordobés pidió frenar con las manifestaciones de violencia que ocupan a la sociedad. Si bien repartió responsabilidades en toda la sociedad, expresó que “algunos tienen por supuesto, dada su función, más responsabilidad que otros en esta labor”, ante la presencia entre la multitud del intendente Martín Llaryora, acompañado del viceintendente Dante Passerini.
Como una de las principales causas de la creciente virulencia social, Rossi planteó que se debe atender el problema de la drogadicción. “Nos duele y nos llena de impotencia ver a nuestros niños y jóvenes hechos víctimas de la miserabilidad de unos pocos”, dijo.
Rossi también dejó lugar en su discurso para clamar por mayores oportunidades a los jóvenes, a quienes caracterizó como víctimas de las drogas. “Nos desespera la deserción de los chicos en el colegio, las aulas despobladas, reemplazadas por una esquina del barrio o un rincón de la placita”, sentenció. En otro tramo de su discurso, el clérigo cuestionó el “injusto reparto de las riquezas” y lo relacionó con “un egoísmo que impide que las personas puedan desarrollar todas sus capacidades”.