Por Leandro Calle (especial para HDC)
En la Biblioteca Popular Alberdi, en pleno corazón del histórico barrio cordobés, hablamos con Josefina Luján, psicóloga, que nos contó acerca de la Fundación Flor de Cactus, espacio terapéutico de producción de plantas y macetas recicladas para personas que estén transitando o hayan transitado por espacios de Salud Mental.
HDC: ¿Cómo surgió Flor de Cactus y por qué?
Josefina Luján: Surge en el año 2014 de las inquietudes de colegas que veníamos trabajando en otras instituciones de salud mental, cuando sentíamos que tocábamos los bordes/márgenes que se convertían en muros en ciertos momentos. Flor de Cactus surge con la idea de estar en la calle, de pensar un espacio a puertas abiertas. Ahí fue cuando le presentamos el proyecto a la gente de la Biblioteca y ellos nos prestaron el espacio también con la condición de que se hagan actividades abiertas a la comunidad. Lo primero que se arma es el Vivero, pensado como un espacio con apertura al público, laboral pero también con participación comunitaria.
Un vivero con participación horizontal y democrática, una cooperativa de trabajo donde las decisiones se toman en Asamblea. A partir de ahí se van armando y tejiendo muchos proyectos y redes.
HDC ¿Cómo conciben ustedes la relación Salud Mental y Comunidad? ¿En qué situación nos encontramos hoy?
Josefina Luján: No hay Salud Mental sin una Comunidad que lo sostenga, que haga red. Históricamente la locura fue expulsada de los lazos comunitarios y ahí es donde se rompe el tejido social. Rotos los recursos internos y rotos los recursos externos, ¿Qué queda? En una marcha por el Derecho a la Salud Mental circulaba una frase que decía “acuerparnos para existir”, de eso se trata: de generar dispositivos comunitarios que puedan alojar lo diferente y que no sea expulsado, poder ser con otros.
En esta la última marcha (29/10) sentimos que hubo mucho menos convocatoria que otros años. Nos preguntamos qué más, además de la situación de pandemia, está ocurriendo.
La locura siempre fue encerrada, ocultada, puesta como peligrosidad. Ahora la peligrosidad también parece estar afuera, en el contacto con otros. Nos preguntamos cómo hacer ahí. Cómo acompañar hacia el afuera, cómo acompañar en los cuidados que hoy se requieren, sosteniendo esto de que no hay Salud Mental sin otros que hagan red.
Algo de lo que pasó en esta pandemia nos habla un poco de esto: cuando todas las cosas que sostenían nuestro cotidiano, cuando no tenemos de qué agarrarnos, cuando la familia, los amigos, el trabajo esta desarmado, imposibilitado, ¿qué se hace? Cuando no podes con el miedo, con la ansiedad, cuando no tenés fuerzas para rearmarte, ni recursos, ni nada que te diga que se puede hacer otra cosa, ¿qué se hace?
HDC: Bajo la consigna “Tenemos ley, exigimos dignidad” se realizó hace poco la octava marcha por el derecho a la salud mental: ¿Se llevó a cabo la implementación tanto de la ley nacional como la provincial de Salud Mental?
Josefina Luján: No ha habido muchos avances en la implementación de las leyes, teniendo en cuenta que fueron sancionadas hace 11 años. No hay entes que las regulen ni sanciones a quienes las incumplen. Para que haya implementación también tiene que haber presupuesto y voluntad política. Las leyes que hay son bastante completas, pero se quedan vacías si no se aplican. Por ejemplo, la ley nacional (26.657) reconoce a la Salud Mental como un proceso determinado por componentes históricos, culturales, socioeconómicos, biológicos y psicológicos. Esto sale de una mirada netamente biologicista y de corte psiquiátrico, sin embargo, la mayoría de las propuestas terapéuticas se quedan solo en la medicación, y no toman un montón de otros dispositivos disponibles y de suma importancia. Por ejemplo, las leyes propician la formación de instituciones como Residencias, Casas de Medio Camino, Talleres protegidos, Centros de Día, Acompañamientos terapéuticos, etc., que puedan ser alternativas a una internación psiquiátrica, o bien que minimicen la prolongación de las internaciones, pero esos espacios o propuestas tienen muchísima dificultad para sostenerse, para que las obras sociales los reconozcan, para que les paguen o bien porque los montos que se abonan son muy bajos.
Entonces hay pocos dispositivos que se puedan sostener como alternativas, y quienes tienen padecimiento psíquico terminan en una institución monovalente, un psiquiátrico que, según las mismas leyes no deberían existir ya. No existir significa ir armando esas otras alternativas, desmanicomializando, no cerrando todo.
HDC: Contame qué actividades desarrolla Flor de Cactus en la Biblioteca Popular Alberdi.
Josefina Luján: La Actividad principal es el vivero, un vivero de producción y venta de cactáceas en su mayoría. También por ese espacio pasan otros proyectos de la Fundación como los talleres terapéuticos y también se realizan Acompañamientos Terapéuticos, el servicio de jardinería y mantenimiento que se llama “Podón y cuenta nueva”, la Feria Flor de Cactus, en donde hay muchas producciones de espacios que trabajan con Salud Mental y Discapacidad, donde tocan bandas en vivo y se arma una fiesta muy linda. También junto con la biblioteca hemos organizado charlas, presentaciones de libros, muraleadas, talleres de participación libre y gratuita. ¡Muchos proyectos y actividades pasan por el espacio!
HDC: ¿Cómo se puede colaborar con la Fundación?
Josefina Luján: ¡De muchas formas! Lo principal es invitarlos a conocer el espacio, a acercarse al vivero, a comprar o también donar/intercambiar cactus o plantas. En el 2020, al tener cerrado el vivero las ventas (¡que ya eran pocas!) bajaron aun mas así que armamos un proyecto de “Club de amigues” en donde se pueden realizar aportes a la fundación.
Estos aportes no son solo aportes monetarios, sino también aportes de ideas, de proyectos, de manos y voluntades que nos ayuden a sostener el espacio. También hemos recibidos algunas donaciones y siempre vamos con una notita bajo el brazo para preguntar si alguien nos puede dar una mano con alguna cosa puntual como por ejemplo el arreglo del portón de la entrada, que se ha roto y que dificulta el ingreso con silla de ruedas, tan necesario para nosotres.
Es muy difícil y siempre implica mucha gestión. Nosotros no tenemos ingresos, salvo de las ventas y de ayudas esporádicas de amigos/as o las rifas, así que siempre agradecemos cuando alguien se acerca, compra y se queda con ganas de volver.
También nos ayuda mucho que nos sigan en las redes, que vengan a las ferias, básicamente que sean parte de esta red.
Info básica de contacto:
Dirección: Monseñor de Andrea 75. Barrio Alto Alberdi. En el patio de la Biblioteca Popular Alberdi (frente a la plaza Jerónimo del Barco).
Apertura del Vivero: lunes, martes y jueves por la tarde y sábados por la mañana
Se pueden comunicar a través de nuestras redes:
Facebook: Vivero Flor de Cactus Córdoba
Insta: @flordecactusvivero
Mail: viveroflordecactus@outlook.com
O bien a los teléfonos 0351- 156610807 (Soledad) 0351-152456162 (Josefina)