Sortea la mitad de su aguinaldo en Instagram para denunciar los bajos salarios
Un politólogo y docente convirtió su aguinaldo en una protesta performática que visibiliza la precarización salarial en la universidad pública y abre el debate sobre las formas tradicionales de activismo.
En la era del activismo de click, donde la protesta a menudo se diluye en un mar de hashtags, un gesto análogo y contundente se abre paso: regalar dinero, no por exceso, sino por carencia. Este es el caso de Gustavo Martin Govinda, un politólogo y docente universitario que decidió sortear la mitad de su aguinaldo en Instagram.
A primera vista, podría parecer una estrategia para ganar seguidores o un simple acto de generosidad. Pero es todo lo contrario. Se trata de un potente acto de protesta con un mensaje profundo y multifacético. ¿Qué hay detrás de esta iniciativa y qué nos dice sobre la situación actual?
«No es caridad. Es visibilización”. Con esta declaración de principios, Gustavo deja claro el objetivo principal del sorteo: exponer una realidad cruda que son los bajos salarios del personal que sostiene la universidad pública. El premio, que asciende a $131,212.80 AR, corresponde a la mitad de su sueldo anual complementario.
Él es enfático en que esta acción no nace de la abundancia, sino de la precariedad. Su motivación se resume en una frase contundente que él mismo compartió para explicar su protesta:
«No porque me sobre. Justamente porque no alcanza».
La segunda razón que impulsa este sorteo es una demostración práctica de su filosofía política. Gustavo sostiene que, “incluso cuando se tiene poco, repartir también es una decisión política”. Este acto es un microcosmos de su proyecto profesional, Rincón Político, una consultora y comunidad virtual que él define como un «proyecto colectivo, cooperativo y en movimiento».
La clave está en su manifiesto: «No nos guía sólo el lucro como a otras empresas consultoras». Al regalar su aguinaldo, Govinda lleva esta idea del papel a la práctica, desafiando una lógica puramente individualista. Convierte un gesto personal en una declaración de principios colectivos, mostrando que la solidaridad puede y debe existir fuera de los márgenes del beneficio económico.
Marchar molesta, un sorteo incomoda
La tercera motivación es estratégica. Consciente de que las formas tradicionales de protesta a veces generan rechazo o se pierden en el ruido, Gustavo busca una nueva vía para captar la atención y, a su vez, incomodar.
La ironía es su herramienta principal. Bautizó la iniciativa como el sorteo de «Papá Noel Ajustado» y programó la resolución para la medianoche del 24 de diciembre. Este nombre fusiona de manera brillante el espíritu festivo con la dura realidad del «ajuste» económico, obligando a la reflexión en plena Nochebuena.
La protesta culmina con una estocada de humor ácido, invitando a participar a quienes compartan su precariedad: «Si tampoco te dieron la caja navideña, capaz esta es tu oportunidad 🤓».
Historial de paros julio – diciembre 2025:
El año 2025 estuvo marcado por conflictividad constante:
Julio: paros los días 21, 29 y 30
Agosto: paro de una semana (11-17) + paros rotativos de 48 horas
Noviembre: paro de 72 horas (12-14 de noviembre)
Diciembre: paro de 1 semana (1-6 de diciembre)
El sorteo del aguinaldo y una realidad al desnudo
Detrás de los $131,212.80 que Gustavo sortea se esconde una crisis estructural. Los salarios universitarios sufrieron una caída en poder adquisitivo que, según distintas fuentes, oscila entre el 32,6% y el 55% desde diciembre de 2023. Las cifras son aún más dramáticas para los docentes sin antigüedad: el 92% cobra por debajo de la línea de pobreza, mientras que más del 85% de los trabajadores universitarios atraviesan la misma situación. El resultado es tangible: 10.000 renuncias en el sistema universitario con vacantes que quedan sin cubrir. La respuesta ha sido una cadena de paros que marcó todo 2025 —desde julio hasta diciembre— y una advertencia contundente de los gremios docentes: sin implementación de la Ley de Financiamiento Universitario, vetada por el gobierno de Milei, no comenzarán las clases en 2026.
El sorteo de Gustavo Martin Govinda es mucho más que un concurso. Es un acto de teatro político en la era digital, una protesta performática diseñada no solo para ser vista, sino para ser compartida. En un ecosistema mediático saturado, demuestra que la creatividad y la audacia son herramientas cruciales para romper la indiferencia.
El verdadero premio no será para quien reciba el dinero, sino para la causa que logra visibilidad a través de una acción que convierte la precariedad personal en una denuncia colectiva. En una era de sobreinformación, ¿qué nuevas formas de protesta se necesitan para que un mensaje sea realmente escuchado?