Los activos financieros argentinos atraviesan una jornada crítica este jueves, marcada por una fuerte caída en los bonos soberanos y un aumento acelerado del riesgo país. En medio de una creciente incertidumbre política y económica, el índice que mide JP Morgan, el EMBI+, trepó a 1.428 puntos, el valor más alto en los últimos doce meses.
La reacción de los mercados se produce tras una nueva derrota del Gobierno de Javier Milei en el Congreso, donde se rechazaron dos vetos presidenciales clave: los vinculados al financiamiento universitario y a la emergencia pediátrica. Este retroceso político incrementó la desconfianza de los inversores, que ven con preocupación la pérdida de control legislativo por parte del oficialismo y sus efectos sobre la sostenibilidad del programa económico.
Los bonos Globales en dólares con ley extranjera registran bajas que alcanzan hasta el 7,8%. El Global 29 cae 5,38%, el Global 30 retrocede 6,17%, y el Global 35 desciende 7,83%. Otros papeles como el Global 38, el 41 y el 46 también muestran caídas superiores al 7%.
En paralelo, las acciones argentinas tampoco escapan al mal clima: el índice S&P Merval retrocede 2,3% en la Bolsa porteña y acumula una pérdida del 39% en pesos desde su pico en enero. En Wall Street, los ADR de compañías nacionales sufren caídas de hasta 4%, con Transportadora Gas del Sur y BBVA entre las más golpeadas.
El frente cambiario también muestra tensiones. El dólar blue y el contado con liquidación superaron la barrera de los $1.500, alcanzando niveles récord que no se veían desde julio de 2024. Para contener la presión, el Banco Central vendió USD 53 millones en el mercado mayorista, fijando la cotización en $1.474,50. Sin embargo, según estimaciones privadas, si se mantiene esta tendencia, la autoridad monetaria podría perder entre USD 3.000 y 4.000 millones en reservas antes de las elecciones legislativas del 26 de octubre.
A este complejo panorama se suman factores estructurales: reservas internacionales limitadas, vencimientos de deuda por USD 34.000 millones hasta 2027 y una economía en recesión. Analistas coinciden en que, sin una corrección macroeconómica profunda y una recomposición de reservas, el regreso a los mercados voluntarios de crédito y la recuperación de los activos argentinos seguirán fuera de alcance.