Más de 200 ovejas saltaron a un precipicio en Francia y aparecieron muertas en España

Al parecer, habrían caído en fila por un abismo, pero una oveja yacía muerta al filo de la montaña

Más de 200 ovejas saltaron a un precipicio en Francia y aparecieron muertas en España

Un grupo de 208 ovejas fueron encontradas muertas por Iván Pay, guardia forestal del Parque Nacional del Alto Pirineo, de la comunidad de Cataluña, España. Él se percató de los animales por la presencia de decenas de buitres en el cielo.

Pay les siguió el rastro a las aves hasta que llegó al “cementerio” del rebaño en medio de un campo y sobre el que había una montaña de unos 200 metros de altura.

Los mamíferos pastaban en Francia, en una zona limítrofe con España, y al saltar terminaron sus restos en este último país.

Con la ayuda de los vecinos de la zona y agentes de la Oficina Nacional de la Caza y la Fauna francesa, los propietarios del rebaño contaron los cadáveres.

En total eran 208, pero había una más que estaba muerta al filo de la montaña. Esa no había caído al vacío y aumentó el misterio sobre las causas del deceso de sus infortunadas compañeras.

Las autoridades de Francia les pagaron a los propietarios la pérdida, ya que las ovejas estaban aseguradas contra accidentes.

Gisele Gouaze era la encargada de la empresa ovejera, con sede en Couflens, Francia. La mujer había contratado al pastor Maxime, quien cuidaba de 846 animales.

Según lo comentado a la prensa española, todas estaban domesticadas bajo la técnica de “escabot”. Es decir: permanecían en grupos pequeños, entre 10 y 30, porque la ladera francesa impedía grupos más grandes.

El pastor las había dejado en la noche, como siempre, en su lugar y con los cuidados pertinentes. Pero al día siguiente vio que decenas faltaban y que las otras pastaban en lugares distintos.

Maxime le avisó a Gisele y la preocupación llegó para tratar de ubicar a las desaparecidas. Una llamada horas después la preocupó aún más.

“Un compañero español me llamó diciéndome: ‘Gisele, ha habido una catástrofe’. Hay muchas, muchas ovejas”, recordó.

El cuerpo de la única oveja al filo de la montaña fue inspeccionado y se comprobó que tenía lesiones y rasguños provocados por un oso.

Varios de los ganaderos atribuyeron el daño al oso Goiat. Justamente, un ejemplar de la especie había sido trasladado desde Eslovenia a los Pirineos en 2016.

Pero las autoridades ya habían rastreado, gracias a los chips, su ubicación y no estaba cerca de las 209 ovejas muertas.

El responsable fue otro oso, de la raza Pirineos, el cual se introdujo en los montes de Francia y España como parte del proyecto Piros Life para repoblar la zona, décadas atrás.

Aunque se señaló a estos depredadores como los responsables de la masiva muerte, la dueña Gisele quiso ubicar al ejemplar exacto.

“¿Qué oso? Me gustaría saber qué oso fue, pero no nos lo quieren decir tampoco”, dijo en su momento, con cierto escepticismo.

La hipótesis más sólida, hasta el día de hoy, indica que el oso atacó a una oveja y las demás, en medio de su instinto de supervivencia, decidieron huir. Sin embargo, lo más cercano que tenían era el abismo de 200 metros de altura y por allí las 208 cayeron. Solo una murió en la montaña.

Aunque Gisele Gouaze recibió una indemnización, sostuvo que el daño “emocional” de las ovejas sobrevivientes era irreparable.

Salir de la versión móvil