Fuerzas de seguridad de Alemania arrestaron hoy a 25 personas en un amplio operativo contra un grupo de extrema derecha que planeaba lanzar un ataque armado al Parlamento federal y dar un golpe de Estado.
Más de 3.000 agentes de distintos cuerpos policiales participaron del megaoperativo en 11 de los 16 estados federados de Alemania contra un grupo de seguidores de diversas teorías conspirativas y que no reconocen la legitimidad de la Constitución.
También hubo redadas en Austria y en Italia, donde fue detenido un sospechoso, antiguo oficial del Ejército, cerca de Perugia.
Los detenidos del grupo Ciudadanos del Reich están acusados de planificar «un ingreso violento en la Cámara Baja del Parlamento con un pequeño grupo armado» y atentar contra los representantes del Estado, informó la Fiscalía General en un comunicado.
«Sospechamos que estaba previsto un ataque armado contra los órganos constitucionales», indicó el ministro de Justicia, Marco Buschmann, en un mensaje en Twitter que evocaba «una amplia operación antiterrorista».
Además de los 25 arrestos, otras 27 personas se encuentran investigadas por sospechas de pertenencia a esta célula criminal, indicó la Fiscalía.
«La investigación permitirá determinar si hay elementos constitutivos de crimen de preparación de un proyecto de alta traición contra el Estado», añadió, según la agencia de noticias AFP.
La ministra del Interior, Nancy Faeser, consideró que los supuestos planes para derrocar al gobierno revelaron «el abismo de una amenaza terrorista».
Según la funcionaria, los autores actuaban «movidos por fantasías golpistas violentas y teorías conspirativas».
«Los militantes de los Ciudadanos del Reich están unidos por su odio a la democracia, a nuestro Estado y a las personas que defienden a nuestra comunidad», declaró la titular del Interior, en declaraciones recogidas por la agencia DPA.
El plan recuerda al asalto al Congreso de Estados Unidos de seguidores del expresidente Donald Trump el año pasado, para intentar evitar que los legisladores certificaran la victoria de Joe Biden en las elecciones de 2020.
Entre los detenidos hoy figuran antiguos miembros de las Fuerzas Armadas y al menos una política del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), la exdiputada y jueza del Tribunal Regional de Berlín, Birgit Malsack-Winkemann.
Según informó hoy el tribunal, la magistrada dejará de desempeñar sus funciones judiciales habituales.
El diario Süddeutsche Zeitung apuntó que el hecho de haber formado parte de la Cámara Baja del Parlamento entre 2017 y 2021 le hubiera permitido al grupo usar su antigua acreditación para facilitar el acceso al edificio.
Poco después de conocidos los arrestos, los presidentes de AfD Tino Chrupalla y Alice Weidel, condenaron el plan, aclararon que la formación se opone a esos hechos y que esperan una investigación.
«Confiamos plenamente en las autoridades involucradas y exigimos una aclaración rápida y completa», dijeron en una declaración conjunta, publicada en la página web de AfD.
La célula desbaratada hoy, fundada «como máximo a finales de 2021», tenía «como objetivo superar el orden estatal existente en Alemania y reemplazarlo por una forma de Estado propia», dijo la Fiscalía.
El proyecto no podía ser realizado «sino con el uso de medios militares y de violencia contra los representantes del Estado», agregó.
Sus miembros están «unidos por un profundo rechazo de las instituciones del Estado y del orden fundamental liberal y democrático de la República Federal de Alemania, que ha hecho crecer en ellos, a lo largo del tiempo, la decisión de participar en su eliminación por la violencia y lanzarse a actos preparatorios concretos a este efecto», explicó.
Uno de los cabecillas del movimiento, ahora en prisión preventiva, es Heinrich XIII, conocido como Príncipe Reuss de Greiz. Este empresario de 71 años habría sido el presidente del comité central del grupo, con el objetivo de convertirse en un «futuro jefe de Estado» en caso de golpe de Estado.
De los 25 detenidos, 22 son miembros del grupo de extrema derecha, todos de nacionalidad alemana, dijo la Fiscalía.
Las fuerzas de seguridad arrestaron además a otras tres personas, dos alemanes y una ciudadana rusa, a las que se consideran simpatizantes del «grupo terrorista».
Los miembros del grupo Ciudadanos del Reich se niegan muchas veces a pagar impuestos y poseen varias armas ilegales. Algunos están convencidos de que Alemania está dirigida por miembros del llamado «Estado profundo», una teoría de la conspiración que también se ha expandido en otros países.
La agencia de inteligencia interior alemana calcula que el movimiento, que rechaza fundamentalmente el Estado, sus representantes electos y todo el sistema legal, cuenta con unos 21.000 adeptos, indicó la agencia DPA.
Su ideología se nutre de teorías conspirativas, suelen creer en la pervivencia de la Alemania imperial o nazi, bajo un Reich alemán basado en las fronteras anteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Las autoridades alemanas clasificaron en los últimos años la violencia de extrema derecha como la principal amenaza al orden público, por encima del yihadismo.
Hace tiempo que la inteligencia alemana viene alertando que las redes de ultraderecha se volvieron más radicales y más violentas en los últimos años, especialmente durante la pandemia de coronavirus, período que utilizaron para proclamar que sus derechos se veían coartados.
Los servicios secretos cada vez detectan a más personas con actitudes de extrema derecha, con consigna y acciones cada vez más violentas.
En la primavera boreal, las autoridades desmantelaron un grupúsculo de extrema derecha sospechoso de planear atentados en el país, además del secuestro del ministro de Salud, Karl Lauterbach, por las restricciones dispuestas para frenar la pandemia.