El gobierno nacional inició ayer el debate sobre la privatización de Aerolíneas Argentinas en un tenso plenario de comisiones de la Cámara de Diputados, con la presentación de diversos funcionarios en defensa de la iniciativa, aunque el oficialismo no logró los apoyos necesarios para avanzar en el dictamen del proyecto. Al atardecer, el presidente Javier Milei amenazó directamente con cerrar la aerolínea de bandera.
Los funcionarios del Poder Ejecutivo señalaron que a la empresa, desde su estatización en 2008, se le transfirieron US$ 8.000 millones y aseguraron que por los paros se pierden aproximadamente US$ 1.500.000 por día. Con una protesta de los gremios aeronáuticos en la puerta del Congreso, el vicejefe de Gobierno, José Rolandi, y el secretario de Transporte, Franco Mogetta, defendieron la iniciativa bajo el argumento de que “el Estado es un pésimo administrador de empresas”, en palabras del primero.
Mogetta, a su vez, protagonizó fuertes cruces con la oposición y culpó a los sindicatos de la situación de la línea de bandera. Por un lado, calificó de “patoteros”, “irrespetuosos” y “antidemocráticos” a los diputados de UxP que lo interrumpían cuando respondía las preguntas de los legisladores sobre el conflicto salarial que mantienen los gremios, a los que acusó de generar “una pérdida de un millón y medio de dólares por día” con sus paros y medida de fuerza. “Los sindicalistas que dicen defender AA son los que más la perjudican”, enfatizó y señaló que “desde el momento de su estatización los argentinos le pagamos a AA más de US$ 8.000 millones”. “Son delincuentes, no son trabajadores. Se van de vacaciones a España con la plata de los trabajadores”, embistió.
“Va terminando la comisión conjunta de Presupuesto y Transporte y me queda una clara conclusión: directamente vinieron a mentir con datos porque no pueden justificar la privatización de AA”, respondió Julia Strada (UxP), quien destacó que “AA no recibió aportes del Estado en 2023. Y venía reduciendo el déficit: de US$ -654 millones en 2020 a US$ -247 en 2022. Para 2023 se proyectaba un superávit de US$ 32 millones pero tras la devaluación, que incrementó sustancialmente el gasto financiero, el resultado de dio vuelta (-US$ 213 millones)”. Su par Diego Guiliano resaltó que “se quiso privatizar en la Ley Bases y tanto el Senado como Diputados lo rechazamos, por lo tanto el artículo 81 de la Constitución prohíbe que lo tratemos este año”.
Por su parte, el diputado de Encuentro Federal Nicolás Massot expresó su apoyo a la privatización pero lo condicionó a que “el Gobierno explique qué va a hacer con la empresa, cómo la van a privatizar”, al tiempo que pidió la conformación de la “Comisión Bicameral de Privatizaciones”. “No se puede privatizar por un conflicto gremial”, enfatizó. De hecho, el oficialismo se vio obligado a postergar el debate, ya que su aspiración inicial era darle dictamen ayer mismo a la iniciativa para llevar el tema al recinto la próxima semana. Sin embargo, la presidenta de la comisión de Transporte, Pamela Verasay (UCR), le puso un freno al Gobierno al enviar una nota a los bloques pidiendo que presenten sus propuestas de invitados, lo que obligó a convocar a una segunda reunión plenaria para el próximo martes.
Milei amenazó con cerrar la compañía
El presidente Javier Milei advirtió ayer, a través de la red social X, que podría cerrar Aerolíneas Argentinas, el retuitear un posteo del economista Miguel A. Boggiano.
“No hay que privatizar Aerolíneas. Hay que cerrarla. Perdió 10.000 palos verdes en los últimos 10 años. Con eso tendríamos la red ferroviaria hecha de cero”, aseveró en el mensaje Boggiano, que replicó Milei al cierre de una tensa jornada donde el oficialismo no consiguió dictamen para su proyecto de privatización.
Ya en el recinto, el propio Secretario de Transporte, Franco Mogetta, sugirió la posibilidad de que la compañía aérea tenga que cerrar y responsabilizó de esa situación a los gremios.
“Hay presión sobre algunos gerentes de la compañía, (los gremialistas) de distintas maneras han logrado que el gerente operacional presente la renuncia al cargo y la compañía no puede funcionar sin gente operacional”, afirmó Mogetta, quien agregó que “estamos en búsqueda del reemplazo para poderla mantener funcionando y no tener que cerrar la compañía. Pero en caso de que la compañía no cuente con estos cargos cubiertos, por normativa, no puede funcionar, con lo cual, no quedaría otra que el cierre”.