El estrés durante el embarazo puede generar asma en el bebé 

Comprueban que el estrés se pasa de generación en generación

El estrés durante el embarazo puede generar asma en el bebé 

Tras realizar pruebas en modelos animales con ratones, los investigadores aseguran que el incremento en las posibilidades de desarrollar la enfermedad puede afectar a, al menos, las dos generaciones posteriores.

Lo que a una persona puede resultarle el trago más amargo de su vida, a otra puede representarle una situación cotidiana. Cada individuo se puede estresar con distintas cuestiones, incluso, con escenarios imaginarios. Lo cierto, es que los niveles de cortisol en sangre, pueden ser un medidor de la respuesta al estrés que tiene cada persona ante determinada realidad.

Dado que durante el embarazo esta hormona llamada cortisol puede atravesar la placenta, la huella que deja parece ser mucho más profunda de lo que se cree. Si la madre enfrenta situaciones de estrés, el feto también se verá afectado, pero, en caso de que el feto sea hembra, su producción de gametas, es decir, de células sexuales, también estará condicionada”, explicó Fenoy quién trabaja en la Escuela de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de San Martín.

Hace mucho que se estudia el impacto que genera el estrés materno durante el embarazo en la susceptibilidad a desarrollar asma. Basándonos en meta análisis anteriores, es decir, en la sumatoria de muchos estudios epidemiológicos, iniciamos una investigación -con un modelo animal con ratones- para corroborar esto y ver cuál era el efecto”, aportó el investigador asistente del CONICET.

Tomamos ratones hembras preñadas y las dividimos en dos grupos, uno de control, es decir, que no fue sometido a estrés y otro que sí. Lo que observamos es que las crías de madres estresadas aumentaban sus indicadores de inflamación alérgica en el pulmón”, aseguró Fenoy, quien agrega que, el asma es una enfermedad crónica y obstructiva de las vías aéreas caracterizada por la bronco-obstrucción, en otras palabras, que el aire no puede entrar ni salir de los pulmones.

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<blockquote class=»twitter-tweet»><p lang=»es» dir=»ltr»>?️ &quot;Si durante el embarazo -cuando el feto está produciendo sus células sexuales-, la madre recibe estrés, se afecta a ella, al feto y a sus gametas, es decir, al nieto de la embarazada actual. Es una mamushka de estrés”, graficó <a href=»https://twitter.com/SoyNachoFenoy?ref_src=twsrc%5Etfw»>@SoyNachoFenoy</a>, investigador del <a href=»https://twitter.com/CONICETDialoga?ref_src=twsrc%5Etfw»>@CONICETDialoga</a>. <a href=»https://t.co/znXakKKj9H»>pic.twitter.com/znXakKKj9H</a></p>&mdash; Agencia CTyS – UNLaM (@CTyS_UNLaM) <a href=»https://twitter.com/CTyS_UNLaM/status/1391768456995954689?ref_src=twsrc%5Etfw»>May 10, 2021</a></blockquote> <script async src=»https://platform.twitter.com/widgets.js» charset=»utf-8″></script>
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Los resultados indicaron que, efectivamente, si en el período de gestación, la primera hembra fue sometida a estrés, la cría de la primera, aunque no haya sufrido estrés en su embarazo, también tendrá crías con mayores posibilidades de tener asma”, destacó Fenoy al resaltar que aún no hay otros estudios publicados que muestren los efectos en las subsiguientes generaciones de los modelos animales.

Para finalizar el Doctor en Biología Molecular y Biotecnología adelantó: Ahora, avanzaremos con los mismos estudios en las terceras generaciones y podremos determinar si el efecto es transgeneracional. Por lo que vemos, creemos que van a repetirse estos resultados, pero que va a ir disminuyendo la penetrancia del fenotipo, es decir, que se va ‘diluyendo’ el efecto”.

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