Estudiar después de los 60: el 30% de los adultos mayores desea seguir aprendiendo

Cada vez más personas mayores eligen seguir estudiando, demostrando que el deseo de aprender no tiene fecha de vencimiento.

Estudiar después de los 60: el 30% de los adultos mayores desea seguir aprendiendo

Adultos mayores estudiando.

Cada 21 de septiembre se celebra en Argentina el Día del Estudiante y la llegada de la primavera, una fecha que suele asociarse con juventud, flores y nuevos comienzos. Pero también tiene un significado especial para quienes tienen 60 años o más, ya que el aprendizaje continúa siendo una posibilidad abierta y vital a lo largo de toda la vida.

En Argentina, hace unos años un estudio de la Universidad Católica Argentina (UCA), revelaba que casi 3 de cada 10 personas mayores de 60 años manifestaron interés en continuar estudios o participar de cursos o talleres. Esto representa alrededor de 1.800.000 personas que, de tener la posibilidad, se animarían a seguir aprendiendo. Sin embargo, la realidad muestra que muchos de ellos todavía no acceden a estas oportunidades formativas. A nivel internacional, la UNESCO y la OCDE señalan que los adultos mayores siguen estando entre los grupos con menor participación en programas de aprendizaje permanente, con tasas inferiores al 30% en muchos países, mientras que los jóvenes adultos superan ampliamente ese porcentaje.

Para Graciela Spinelli, Lic. en Gerontología del Centro Los Pinos “el aprendizaje en la vejez no sólo es posible, sino que también aporta beneficios concretos: estimula la plasticidad cerebral, refuerza la autonomía, genera vínculos sociales nuevos, brinda un propósito y eleva la satisfacción personal”.

Septiembre tiene además un paralelo simbólico: así como marca el inicio del último tercio del año, muchas personas mayores de 60 comienzan a transitar lo que podría llamarse “la primavera de su vida”.Liberadas de obligaciones y responsabilidades, buscan dedicar tiempo a su disfrute, bienestar y proyectos personales. La cercanía del Día del Jubilado, el 20 de septiembre, refuerza esta idea: la palabra “jubileo “ evoca gozo y alegría, invitando a mirar hacia adelante con entusiasmo y a celebrar esta etapa con plenitud”, añade la profesional.

El antídoto frente a la discriminación por edad

No es casual que el “Himno del Estudiante”, que solía cantarse hace muchos años, afirmara que ser estudiante no es sólo una etapa, sino una actitud permanente de curiosidad y aprendizaje. Su verso más recordado lo resume con precisión: “los que lo son, los que lo fueron antes; los que, por suerte, tienen de estudiantes para toda la vida el corazón”. Esa idea cobra un sentido especial cuando se mira a quienes, después de los 60, eligen seguir formándose: son la prueba de que el deseo de aprender no conoce edad.

Celebrar juntos, adolescentes y adultos mayores, el Día del Estudiante y la primavera refleja el valor de una sociedad empática y humanizada, que reconoce que la edad no define la capacidad de aprender. Para Spinelli, es necesario y también una responsabilidad de los profesionales que trabajan con personas mayores combatir los prejuicios sociales que asocian la vejez con el declive y la pasividad, derribando estigmas totalmente desactualizados, visibilizando historias de gran aprendizaje y bienestar.

La vejez puede y debe ser una etapa de aprendizaje, tanto para quienes la viven como para quienes la observan. Si las próximas generaciones aprenden a valorar ese tramo de la vida – no por lo que se ve, sino por lo que se siente y se logra- podrán enfocarse en cultivar su interior, alcanzando disfrute, transformación y plenitud en su primavera personal.

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