“Junior Achievement” significa logro juvenil, y la fundación global que lleva su nombre trabaja diariamente para demostrar a los adolescentes que las oportunidades existen para quienes se forman pensando en los desafíos contemporáneos y buscando no solo adaptarse, sino innovar en función de ellos.
En un contexto donde la tecnología muestra constantemente una nueva cara, y la incertidumbre económica y social no dan tregua, la educación se convierte en la base fundamental para el desarrollo de una sociedad preparada para los cambios.
La realidad educativa en Argentina no es fácil. Con un 50% de los jóvenes que no terminan el secundario y un desempleo juvenil que duplica el promedio nacional, los desafíos son grandes. Sin embargo, estas dificultades pueden ser una oportunidad para generar un cambio profundo. Es en este escenario donde la Fundación Junior Achievement emerge con el objetivo de ser un faro de esperanza para miles de jóvenes tanto en nuestra provincia como en el país y en el mundo.
En diálogo con HOY DÍA CÓRDOBA, Eugenia Díaz, directora ejecutiva de Junior Achievement en Córdoba, detalló cuáles son los ejes que sustentan el trabajo de la Fundación y destacó: «Nuestro rol es ser un puente entre el sistema educativo y el mundo laboral. Queremos que los jóvenes no solo reciban información, sino que desarrollen las habilidades necesarias para adaptarse al mercado laboral».
Para ello, la Fundación ofrece programas educativos innovadores que no solo buscan formar profesionales, sino también líderes conscientes de su entorno. Desde su llegada a Córdoba hace 30 años, Junior Achievement logró impactar en la vida de más de 360.000 estudiantes gracias a una red de 500.000 voluntarios y mentores comprometidos, consolidando su puesto como una de las organizaciones no gubernamentales más grandes e influyentes del mundo. Para hacerlo, siguen algunos ejes de trabajo según su visión y valores.
La pedagogía del «aprender haciendo»
Uno de los enfoques más característicos es su carácter pedagógico, que se centra en el aprendizaje activo y basado en proyectos. «Nosotros creemos que el aprendizaje debe ser relevante, práctico y, sobre todo, aplicado a situaciones reales, y en ese sentido, nuestros programas son una invitación a los jóvenes para que no solo aprendan conceptos, sino que los vivan y los apliquen en su entorno», aseguró Díaz.
El modelo de «aprender haciendo» permite que los estudiantes se enfrenten a desafíos reales, desarrollen sus habilidades socioemocionales y, lo más importante, adquieran competencias más allá del contenido académico. Los programas que llevan a la práctica la creación de empresas simuladas, el trabajo en equipo y la resolución de problemas sirven no solo para aprender a tomar decisiones, asumir riesgos y colaborar para alcanzar metas comunes, sino también como muestra de que el futuro se construye transformando las ideas en acciones. Es en estos momentos cuando los estudiantes descubren que el verdadero aprendizaje trasciende el aula y se convierte en una herramienta poderosa para construir lo que desean.
Innovación constante para adaptarse al futuro
La tecnología ha transformado por completo el panorama laboral y social, lo que obliga a repensar la educación tal como la conocemos. Este es otro de los propósitos de Junior Achievement: adaptar la educación a los nuevos tiempos. «Estamos viviendo la cuarta revolución industrial, donde la robótica, la biotecnología y la inteligencia artificial están marcando la pauta. Por eso, el rol de la Fundación es asegurar que los jóvenes no solo sean conscientes de estos cambios, sino que estén preparados para liderarlos«, explicó Díaz.
Entre las propuestas más destacadas se encuentran programas como “Desafío de Innovación”, un espacio para la creación de soluciones innovadoras como respuesta a problemáticas específicas que se realizan en las empresas e instituciones aliadas o «Aprender a Emprender», que invita a los jóvenes a crear y gestionar una empresa simulada con un enfoque integral que incluye sostenibilidad e impacto social.
Habilidades socioemocionales
Otro punto importante para la Fundación es el fomento a las competencias socioemocionales, entendiendo que para que los jóvenes puedan desenvolverse con éxito en un entorno incierto, “deben aprender a gestionar sus emociones, colaborar entre sí y liderar proyectos con empatía”.
Sobre esto, la directora ejecutiva expresó: «Para nosotros la educación socioemocional es tan importante como la formación técnica. A través de nuestras iniciativas, los jóvenes no solo aprenden a crear empresas o manejar su dinero, sino que desarrollan habilidades como la comunicación, el liderazgo, la creatividad y el trabajo en equipo. Estas competencias son las que les van a permitir sobresalir en el futuro”.
Por el futuro de la educación
Los más de 15 programas de la Fundación están orientados a la preparación para el trabajo, la educación financiera y el emprendimiento. Algunos son «Cuentas contigo» y «Economía personal», que enseñan a los jóvenes a manejar su dinero, planificar su futuro financiero y tomar decisiones responsables desde temprana edad, o «Yo puedo programar», que brinda capacitación sobre programación informática.
Cada propuesta tiene su formato y modalidad particular, y pese a que la mayoría son virtuales, muchos dentro de las aulas, existen otros como “Desafío de Innovación” que permiten la práctica en empresas o espacios de alto impacto como el Foro Internacional de Emprendedores (FIE), que convoca en Córdoba a jóvenes de más de 10 países para compartir experiencias y potenciar sus habilidades emprendedoras.
Por otro lado, con el objetivo de dejar capacidad instalada en las escuelas, los programas que suelen darse en el marco de las asignaturas Formación para la Vida y el Trabajo o Finanzas, también tienen instancias de capacitación y contenido propio para los docentes.
El impacto de Junior Achievement no sería posible sin el apoyo de los voluntarios, mentores y empresas aliadas que hacen posible la implementación de los programas educativos. «El trabajo en equipo y la colaboración son claves para nuestro éxito. Gracias a la articulación con empresas, instituciones y el Estado, podemos llegar a más jóvenes y ofrecerles oportunidades educativas que les permitan desarrollarse plenamente», concluyó Díaz.
Otro apoyo clave es la inversión social de aquellos que puedan colaborar con un aporte mensual. Para hacerlo, hay que dejar los datos de contacto en un breve formulario en la página web de la Fundación.
En este camino construido gracias a la solidaridad de la sociedad civil, el acompañamiento de las empresas y el compromiso de la Fundación, más de 12 millones de jóvenes fueron impactados a nivel mundial, demostrando que la educación sigue siendo la herramienta más poderosa para transformar vidas y construir un mundo más justo y equitativo.