Como viene ocurriendo en las últimas semanas, una de las víctimas de las manifestaciones fueron los monumentos: el lunes, la emblemática estatua de Cristóbal Colón en la ciudad de Barranquilla fue derribada por los manifestantes al grito de Colón asesino”. Con el monumento ya caído en el suelo, los manifestantes escribieron consignas sobre la roca, como la leyenda por nuestros muertos”, y le cortaron la cabeza y las manos.
Los nuevos choques entre los manifestantes y la policía que se produjeron en las últimas horas en las manifestaciones contra Duque Colombia generaron una nueva escalada del conflicto, que según los organismos de derechos humanos ya dejó unas 74 víctimas mortales, al menos 20 de ellas por disparos de la Policía.
El director general de la fuerza, general Jorge Vargas, salió a informar ayer que el temible Escuadrón Antidisturbios (ESMAD) intervino «en 20 ocasiones en varias ciudades», pero sin dejar heridos. Tres instalaciones policiales en Bogotá, Medellín y Pereira fueron atacadas durante la jornada del lunes, además del derribo de la estatua de Colón en Barranquilla. Una docena de vehículos de transporte público también fueron «vandalizados», según el balance de Vargas.
Lo cierto es que, en la capital, decenas de personas dibujaron frente al tribunal de paz siluetas de civiles asesinados por militares en el conflicto de más de medio siglo que aún no ha cesado, pese al acuerdo firmado en 2016 con la guerrilla FARC.
En tanto, en Medellín, los manifestantes de la llamada «primera línea» fueron duramente reprimidos por tanquetas hidrantes y agentes del escuadrón antidisturbios. Aunque el Comité del Paro, frente más visible de las movilizaciones, suspendió las protestas hasta el 20 de julio, otros sectores mantienen activas sus marchas, concentraciones y bloqueos: entre los reclamos, exigen una reforma de la policía y un Estado más solidario para lidiar con los estragos económicos de la pandemia, que elevó la pobreza del 37% al 42% de la población.