El pasado jueves un ciudadano cordobés de 62 años radicado en el barrio Nuestro Hogar 1, viajó desde Lima, Perú a nuestra provincia. Tras no aislarse a su regreso, contagió a gran cantidad de familiares con la variante Delta a pesar de haber firmado la declaración jurada correspondiente como medidas vigentes para el ingreso y el egreso al territorio nacional.
Al volver a Córdoba, el denominado paciente cero” debía permanecer aislado y, sin embargo, cometió al menos tres infracciones. En primer lugar, fue a cenar con su hija, también salió comprar a un negocio y por último, la más grave, habría participado de un encuentro social con gran cantidad de personas. Es de este último que habrían surgido los múltiples contagios.
La investigación del caso corresponde al fiscal Andrés Godoy, de La Unidad Fiscal Emergencia Sanitaria (UFES) y se desencadenó de manera vertiginosa este viernes pasado el mediodía, cuando desde el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) comenzaron a llegar pruebas, información e identidades.
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Ante esto, Godoy, que tenía planificado empezar las imputaciones esta semana, adelantó los tiempos y ya hay cinco imputados. Además, existe una gran cantidad de personas aisladas a las que se les están haciendo controles y a quienes se imputará inmediatamente si violan el aislamiento.
Este sábado, el paciente cero ingresó con algunos síntomas que derivaron en una neumonía bilateral y se encuentra internado. Aun así, él y su yerno, que era contacto estrecho y estaba trabajando al momento de ser controlado, están imputados por no cumplir con el Artículo 205 del Código Penal, que prevé una pena de 6 meses a 2 años por violación de restricciones.
Por propagación de enfermedades con condenas de 3 a 15 años, se encuentran imputados también dos mujeres y un hombre parientes del paciente cero. Se trata de comerciantes que ya tenían un resultado positivo de covid y sin embargo, estaban trabajando y atendiendo clientes en sus negocios.
De los cinco imputados, tanto el paciente cero como una de estas mujeres se encuentran internados en el hospital Rawson. El resto, está aislado en un hotel céntrico de la ciudad dónde el gobierno de la Provincia les provee la comida y cuentan con atención médica.