Posiblemente la cantidad de abejas disminuyó en los últimos 25 años

Investigadores del Conicet llegaron a esta conclusión tras revisar datos globales en los que se advierte que en los últimos 25 años se produjo una merma en la cantidad de especies observadas del principal grupo de insectos polinizadores

Posiblemente la cantidad de abejas disminuyó en los últimos 25 años

En el mundo, existen más de 20 mil especies de abejas silvestres. Todas ellas, son importantísimas para los seres humanos porque brindan servicios de polinización esenciales para la reproducción de cientos de miles de especies de plantas. Además, son fundamentales para la productividad de alrededor del 85% de los cultivos.

Las abejas se encuentran en estrecha sintonía con su entorno y su sobrevivencia depende de la adecuada disponibilidad de plantas con flor así como de sitios de anidamiento apropiados. Estos dos aspectos sugieren que su conservación puede verse afectada por procesos como la transformación de hábitats naturales en tierras de cultivo o en zonas urbanizadas.

A pesar de que diversos trabajos científicos a escala local o regional, sobre todo en Europa y Estados Unidos, han mostrado que existe una declinación en la abundancia y en la diversidad de distintos grupos de abejas relacionándolos con el crecimiento de las ciudades y de los zonas de cultivo, hasta el momento no es mucho lo que se sabe respecto de la biodiversidad de abejas a nivel mundial, dado que no hay ni hubo nunca un monitoreo sistemático a una escala tan grande capaz de mostrar de manera concluyente que lo que ocurre en ciertos puntos de planisferio con las abejas sea parte de un fenómeno global.

Sin embargo, investigadores del Conicet en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente encontraron una fuente de datos alternativa sobre biodiversidad que les permitió alcanzar unos primeros resultados, luego del análisis de datos públicos sobre abejas colectadas o avistadas entre 1946 y 2015 en todo el mundo

Así lo explica Marcelo Aizen, uno de los dos autores del trabajo: Pese a la ausencia de un monitoreo sistemático a nivel mundial sobre la situación de las abejas, descubrimos una fuente de datos alternativa para responder la pregunta que nos interesaba contestar. Nos dimos cuenta de que los datos públicos agregados recolectados y almacenados en la Global Biodiversity Information Facility (GBIF), una base de datos global y de acceso público sobre biodiversidad, correspondientes a colecciones de museos y universidades o a programas de ciencia ciudadana, podían leerse como el resultado de un muestreo de observaciones de abejas en todo el mundo a lo largo de muchos años”.

Tal es así que en la investigación publicada en One Earth, arriban a la conclusión de que el número promedio de especies de este grupo de insectos polinizadores a nivel global parece estar en descenso desde los años ‘90. Lo que encontramos es que a pese de que el número de registros anuales de abejas viene en aumento desde mediados del siglo XX, el promedio de especies decrece a partir de los años ´90, tal como se esperaría si las poblaciones de este clado de insectos estuvieran en declive”, afirma Eduardo Zattara, primer autor del trabajo.

Si bien la distribución de los registros no es homogénea para las diferentes regiones del mundo, ya que el 50% de los datos corresponden a observaciones realizadas en los Estados Unidos, se puede observar que la tendencia al no crecimiento de estos insectos es igual en todos lados. Así es que en los lugares sobre los que se cuenta con mayor cantidad datos, la tendencia en la declinación de especies de abejas se ve con mayor claridad. A la par, en las regiones para las que existen menos registros, la tendencia es menos nítida. No obstante, no se ven lugares del mundo en los que la curva sea positiva, por lo que parece tratarse de un fenómeno a escala global.

La declinación que detectamos en la biodiversidad de abejas a partir de los años ’90 parece coincidir con el hecho de que es un momento en el que se generaliza un modelo global económico y productivo, que lleva, entre otras cosas, a la homogenización de las prácticas agrícolas en todo el mundo, así como a un crecimiento del comercio internacional”, explica Aizen.

La importancia de las abejas en el ecosistema

Para ser sinceros, las abejas y su conservación es algo que nunca generó demasiada preocupación, ni entre los científicos ni entre la población. Al respecto, Zattara explica que la preocupación por la conservación de la biodiversidad siempre se focalizó en lo que se conoce como especies carismáticas, como los osos panda, los tigres de Bengala o los lobos en Siberia», principalmente porque se trata de especies que cuando decrecen es algo fácilmente advertible. «En cambio», agrega el investigador, «la presencia de los insectos, y en particular de las abejas y su servicio de polinización, suele darse por sentada sin que casi nadie se moleste en saber qué es lo que está ocurriendo a nivel de las especies»

A pesar de este poco interés, algunos científicos empezaron a mirar más en detalle algunos lugares, notando que había especies de abejas, importantes para la productividad de ciertos cultivos estacionales, que no estaban tan bien. Esta situación, puede tener consecuencias a nivel ecosistémico, pero también en la productividad de alimentos”, explicó Zattara.

Contar con diversidad de agentes polinizadores es importante, porque la mayoría de los insectos responsables de esta tarea tienen ciclos específicos de actividad y de hibernación. Cada especie emerge en algún momento del año y sale a polinizar las plantas que estén en flor en ese momento. Entonces, es posible que si decae la diversidad, haya ocasiones en que las abejas que están activas no alcancen a cubrir todas las plantas y cultivos que requieren ser polinizados, lo que limitaría la productividad.

Pero además, aunque la mayoría de las abejas puede polinizar casi cualquier cultivo o planta, esto no siempre es así. Hay plantas que pueden ser polinizadas solo por ciertas especies de abejas y grupos de abejas que solo polinizan determinadas poblaciones de plantas. En ese sentido, la biodiversidad funciona como un colchón, porque aunque vos no sepas qué insecto es puntualmente el que te está ayudando a aumentar la productividad de un cultivo, te ayuda igual. En el momento en que declina la biodiversidad se achica también el rango de opciones”, sintetiza Zattara.

Aún hacen falta más investigaciones

Aunque los resultados obtenidos en este estudio no invitan a ser optimistas respecto de lo que está ocurriendo a nivel global con las abejas, los investigadores prefieren ser cautos y no sacar conclusiones demasiado apresuradas.

Lo importante para los científicos es obtener mayor cantidad de datos que permitan robustecer o, eventualmente, desestimar, las conclusiones provisorias de este trabajo.

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