Un informe desarrollado por investigadoras de la UNC en el marco de una tesis de grado, detectó cuáles son los árboles que más resisten a la contaminación de la ciudad y tienen mayor capacidad para capturar dióxido de carbono (CO2), un gas que si bien no es tóxico, es el principal responsable del cambio climático.
El trabajo, publicado este viernes en el portal UNCiencia destaca que la contaminación atmosférica representa un grave problema ambiental y de salud global. En este marco, el estudio puede ayudar a definir políticas públicas sobre los espacios verdes de Córdoba.
La investigación se realizó para la tesis de grado de Giuliana Segalla, para la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y fue dirigida por Ana Carolina Mateos, investigadora de Conicet y de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (Imbiv). Como co-directora participó Gabriela Abril, también investigadora de la UNC.
La nota, desarrollada por Lucas Viano, destacó los resultados del trabajo que detectó a la mora (Morus nigra) y luego la tipa (Tipuana tipu) como las especies que mejor se adaptan a la contaminación atmosférica de la ciudad de Córdoba. En cuanto a su capacidad para retener CO2, el orden se invierte.
Por este motivo, las investigadoras entienden que la mora «sería una de las especies recomendadas para plantar en sitios de alta contaminación atmosférica», como el centro de la ciudad o las avenidas con mucho tránsito; mientras que la tipa es una especie que «se adapta mejor a zonas residenciales con menor contaminación».
En el trabajo también se analizaron otras dos especies muy comunes en las veredas y parques de la ciudad: el jacarandá (Jacaranda mimosifolia) y el lapacho (Handroanthus impetiginosus). Estos árboles mostraron una tolerancia intermedia a la presencia de gases contaminantes.
El grupo que integra Mateos trabaja con plantas como monitores de la calidad del aire. Pero observaron un vacío en la información sobre las especies de árboles más plantadas en Córdoba respecto de su tolerancia a la contaminación.
«Sabemos que Córdoba presenta altos niveles de contaminación atmosférica, entonces nos pareció un buen aporte para las políticas sobre espacios verdes y ambientales identificar especies más tolerantes a esta polución y cómo pueden ayudar a mitigar el cambio climático», aseguró Mateos.
Las investigadoras aclaran que una mayor tolerancia, no implica que tengan una mayor capacidad de eliminar estos contaminantes. Para corroborar eso, habría que realizar nuevos estudios. Sin embargo, se trata de una pista que orienta en esa dirección.
Ayudar a mitigar el cambio climático representa un beneficio global, pero plantar árboles en espacios urbanos también supone lograr una serie de beneficios a escala local. «Se reduce significativamente la contaminación que respiran las personas que viven o pasan por ese lugar», ejemplificó Segalla.
Las investigadoras aseguran que este estudio puede servir para definir políticas públicas sobre el arbolado urbano.