Juezas de todo el país reclamaron más participación de mujeres y diversidades en los organismos que planifican estrategias para la mitigación del cambio climático tras denunciar que son quienes más sufren esta problemática ambiental.
«No estamos en los principales lugares de poder y decisión», afirmó Estela Díaz, la ministra de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de Buenos Aires en la apertura del XXIX Encuentro Nacional de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (AMJA) que se llevó a cabo el jueves pasado en el Colegio de Abogacía de La Plata y que en esta oportunidad tuvo como eje «Igualdad de Género: cambio climático y su impacto en las mujeres».
La ministra remarcó que «las mujeres transformamos las instituciones a las que llegamos. Confío en las mujeres participando con fuerza, sabemos que las transformaciones no se hacen a solas, se hace con articulación, con un movimiento feminista que ha puesto en el tapete lo ambiental como tema crucial».
A su turno, Aída Tarditti, ministra del Superior Tribunal de Justicia de Córdoba y presidenta de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (AMJA), expresó que «somos ciudadanas de la tierra preocupadas por el planeta. Somos las primeras en sentir el cambio climático y las primeras en tener la oportunidad de hacer algo».
«En un tema tan importante, la visión de las mujeres no ha estado presente», puntualizó y detalló que «de los 25 organismos públicos a cargo del medio ambiente, espacios donde se toman decisiones, sólo el 32 por ciento son mujeres».
Tarditi sostuvo que «se necesitan más mujeres en espacios que representan espacios vinculados al cambio climático, más mujeres».
En tanto, Delfina García Hamilton, especialista en Gobernanza, Mujeres, Paz y Seguridad en ONU Mujeres en América Latina y el Caribe, afirmó que «las mujeres somos quienes más sufrimos las crisis ambientales, económicas y sociales. Nuestras cargas están asociadas a una estructura socioeconómica de la sociedad, a la feminización de la pobreza, el menor acceso a la Tierra, a recursos como el agua y la tecnología».
«Cuando hay un desastre (ambiental) las mujeres tenemos un impacto diferencial y desproporcionado. Una carga desproporcionada como proveedoras de alimento, abastecedoras de agua y gestionadoras de agua, combustible y energía en los hogares», detalló.
García Hamilton informó que «se estima que para el año 2050 habrá un desplazamiento enorme de personas, desplazamiento forzado a causa del cambio climático».
«La movilidad humana está impactada por cuestiones de género, son más propensas a la violencia por motivo de género de mujeres y niñas, en situaciones de trata con fines de explotación sexual y laboral», puntualizó.
Denunció también que «sólo el 3 por ciento de las donaciones filantrópicas se destina a apoyar el activismo ambiental de niñas y mujeres. Y por lo general los grandes fondos climáticos financieros invierten a gran escala y las organizaciones lideradas por mujeres suelen ser organizaciones pequeñas de menor escala que no acceden a estos fondos».
«El cambio presenta una oportunidad y el desafío es enfrentarlo con enfoque de género. Se debe responder a las necesidades diferenciadas, tomar acciones adaptadas a distintas necesidades, que las mujeres participen en la toma de decisiones, involucrar a mujeres indígenas en el diálogo ya que hay saberes ancestrales que tienden a minimizar el cambio climático y a la reducción de desastres», advirtió.
Por su parte, Carla María Alejandra Majdalani, Coordinadora del Área de Erradicación de la violencia basada en género ONU Mujeres Argentina, consideró que el cambio climático «impacta en las mujeres de manera diferenciada porque es un mundo desigual. Se exacerban las situaciones de violencia y tiene un impacto concreto en el desplazamiento de personas. 8 de cada 10 desplazados son mujeres, están en una mayor situación de vulnerabilidad porque nuestro mundo es desigual».
Detalló los ataques que sufren las mujeres defensoras del medio ambiente en toda la región «del 2016 al 2019, se han registrado 1698 ataques, un ataque cada 20 horas».
«La participación de las mujeres en la toma de decisiones es clave, lo mismo que la elaboración de presupuestos con perspectiva de género y hay que invertir en la creación de redes locales y regionales», sostuvo.
Verónica Baracat, Coordinadora del Programa País de ONU Mujeres en Argentina, detalló la labor de esa agencia, la más joven de la ONU ya que data del 2010 y el programa específico que tiene en Argentina vinculado a la zona del Chaco salteño y el problema del agua. «Es una región especialmente afectada por el cambio climático que hay que fortalecer».
Finalmente, la ministra de Ambiente bonaerense, Daniela Vilar, explicó que desde su gestión «planteamos el abordaje de la crisis climática desde una perspectiva soberana y popular porque el principal problema ambiental es la desigualdad y la pobreza».
Recordó la sanción de la Ley Yolanda, que establece la capacitación ambiental del Poder Judicial y la participación ciudadana en las políticas ambientales.
«No podemos abordar nada sin atravesar con perspectiva de género. Lo planteamos así porque quienes sufren las consecuencias de las cuestiones climáticas son las comunidades vulnerabilizadas y para transformar esas situaciones se necesitan políticas públicas», dijo Vilar.
La ministra remarcó que «el ambientalismo tiene que cerrar con la gente, tiene que incluir la mirada de las comunidades vulnerabilizadas. Justicia ambiental es justicia social y necesitamos que el abordaje del estado sea integral, el poder ejecutivo, legislativo y judicial construyendo herramientas de política pública que redunden en mejorar la calidad de vida a la gente».