Trump nuevamente en el banquillo

Por Gonzalo Fiore

Trump nuevamente en el banquillo

Donald Trump fue imputado por segunda vez en lo que va del 2023. Este “indictment” se relaciona con 37 cargos y es mucho más grave que la anterior causa de soborno. Se trata, además, de la primera vez en la historia estadounidense que un ex presidente es imputado por la comisión de un delito de índole federal.

El mandatario número 45 de los Estados Unidos enfrenta cargos bajo el Acta de Espionaje, de 1917. Esta ley castiga las acciones de interferencia en las relaciones exteriores y el comercio exterior. Más precisamente, los cargos de los que se acusa a Trump son obstrucción de justicia, destrucción o falsificación de registros, conspiración, y afirmaciones falsas. Es decir, se trata de delitos gravísimos cometidos en el ejercicio de su función como presidente.

En un caso inédito en la historia del país, la mansión que tiene en Palm Beach, Florida, fue allanada el pasado mes de agosto por el Federal Bureau of Investigation (FBI). La operación había sido previamente autorizada por una Corte de Justicia. Esto tiene que ver con el mal manejo de Archivos Nacionales, algo penado también por la Ley de Registros Presidenciales, que exige la preservación, a los fines históricos y de transparencia ante los ciudadanos y ciudadanas, de notas, cartas, mails, memorandos o faxes de los presidentes durante el ejercicio de su cargo.

El ex presidente ya había sido imputado en marzo, pero por cargos relacionados a pagos -usando dinero de campaña- a la “pornostar” Stormy Daniels. Por ese caso, ya se había convertido en el primer ex mandatario del país en ser arrestado desde el caso de Ulysses S. Grant -jefe de Estado número 18-, detenido en 1872 por conducir con exceso de velocidad en su carruaje. En aquel entonces, Trump declaró que “es imposible que tenga un juicio justo” en su Nueva York natal, gobernada por el Partido Demócrata. Ahora, volvió a repetir una detención, aunque esta vez en el Estado de Florida, gobernado por el republicano Ron DeSantis, ex alfil trumpista, pero actualmente uno de sus contrincantes en la interna dentro del Grand Old Party (GOP). Este desafío interno ha hecho que Trump lo convierta en uno de sus contrincantes predilectos en los últimos meses.

Por ello, el ex presidente aprovechó para volver a hablar de persecución política, e incluso utilizó un término que resuena en el resto de América Latina en contextos diferentes: “warfare of law”, algo que remite al “lawfare” esgrimido por distintos lideres latinoamericanos a la hora de hablar de persecuciones mediáticas, judiciales y políticas, de las que fueron -y son- víctimas.

Es importante aclarar que, aun condenado, el magnate inmobiliario puede ser candidato a presidente, salvo que sea condenado por atentar contra la democracia. Algo para nada improbable, ya que sobre su cabeza también pesa la causa referida a los acontecimientos del 6 de enero de 2021, cuando sus seguidores y seguidoras tomaron por asalto el Capitolio, para protestar por un supuesto fraude electoral cometido en su contra. En aquella ocasión Trump no condenó el ataque y, de hecho, se refirió a los atacantes como “patriotas”, “héroes” y “buenos estadounidenses”.

Antes de declarar ante el Grand Jury, Trump publicó en su red social, Truth, que se trataba de “uno de los días más tristes en la historia de nuestro país” y que “¡Somos una nación en declive!”. La abogada de Trump, Alina Habba, declaró que “Hillary Clinton, y el mismo Joe Biden, conservaron documentos clasificados, pero no han sido procesados”. En la misma línea que viene haciendo Trump, denunció una persecución política en su contra, ya que es el “principal candidato del Partido Republicano”. Además, dijo, como también ha dicho el ex presidente, que la acusación es “el tipo de cosas que se ven en dictaduras como Cuba y Venezuela”.

Tras su declaración ante el Gran Jurado, Trump, que el miércoles cumplió 77 años, volvió a alertar sobre que la investigación es “un atroz abuso de poder”.

Respecto de una probable pena de prisión, aún resta el juicio. Es altamente improbable que una persona de su nivel político y de influencias vaya preso antes de una sentencia en firme; que, por otro lado, y de acuerdo con las evidencias esgrimidas por los fiscales y lo que se encontró en la mansión de Mar-a-Lago, es probable que así suceda.

Por lo pronto, todo hace suponer que el dirigente político y magnate seguirá haciendo campaña, empecinado en intentar regresar a la Casa Blanca. Aunque esta vez la resistencia interna es aún mayor que la que ya enfrentó hace cuatro años, donde incluso ex aliados se han vuelto en su contra y donde el Poder Judicial lo tiene a maltraer. Sin embargo, eso no parece hacer demasiada mella en su núcleo duro, que se mantiene firme a pesar de los contratiempos.

Todo va en la dirección de una repetición de la contienda Trump vs. Biden de 2024, lo cual no habla, precisamente, demasiado bien del estado actual de la política en los Estados Unidos.

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