Guardianes de Piatock

Por Leandro Calle

Guardianes de Piatock

¡Cómo no querer a Alberto Szpunberg! Nació en la capital porteña en el año 1940. Periodista y profesor universitario. De compromiso político hondo, en 1977 tuvo que exiliarse en España. Residió en Barcelona hasta que, llegada la democracia a nuestro país, pudo emprender la vuelta.

Tan querible, que Ediciones de la Biblioteca Nacional, hace muy poco tiempo, publicó este libro maravilloso: “Guardianes de Piatock. Miradas sobre Alberto Szpunberg”. Es un libro en espejo. En la cara par de la página, el lector encontrará un poema de Szpumberg (Compilación y selección por Judith Said, Lilian Garrido y Miguel Martíne Naón), y en la cara impar, un texto (generalmente es un poema o un testimonio) de homenaje que se amalgama con el texto “albertiano”.

El libro se inaugura con las palabras de Horacio González, quien fuera director de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno y artífice insoslayable de un sinnúmero de publicaciones fundamentales y necesarias para la cultura argentina. Es preciso decirlo: nadie hizo tanto desde la dirección de la Biblioteca Nacional para salir a la calle y mostrar la densidad profunda de la literatura argentina. González recorre en breves páginas la obra sustancial de Szpunberg. Seguidamente, un texto entrañable de Judith Said, en donde podemos confirmar que la amistad y el amor son el motor de esta antología en espejo. En ese recuerdo amoroso, encontramos nombres como los de Alicia Genovese, Teresa Parodi, María Rosa Mó, Jonio González, Graciela Daleo y Juan Sasturain entre otros.

El lector, ahí nomás de abrir el libro, puede solazarse en la poesía de Alberto y al mismo tiempo entrar por bambalinas, a la cocina –no de la escritura- pero sí de la atmósfera en la cual el poeta se movía. Amigos como Jorge Quiroga que recuerdan cómo era Szpunberg, qué decía, qué leía. Tiernos y breves recuerdos que hacen que el lector pueda reconstruir un “pedacito” de ese Buenos Aires que dio forma al poeta.

Miremos si no, este párrafo del testimonio de Quiroga: “Viví con él en la casa colectiva de San Juan y Bolívar y en un conventillo de la calle Olavarría; en el primer lugar Alberto decoró los placares de su pieza con frases y poemas de Paul Éluard. Además, leíamos con pasión a César Vallejo y la poesía narrativa de Pavese, que nos fascinó”.

Horacio González y muchos otros hacen hincapié en la raigambre tanguera de Szpunberg: el tango como nutriente de su poesía. Por eso, tal vez, me resulta gracioso y curioso a la vez, este párrafo de Quiroga donde casualmente nos brinda la información de que vivieron con Alberto en un conventillo de la calle Olavarría. Imposible no recordar la milonga “El conventillo” que comienza y termina diciendo: “Yo nací en un conventillo de la calle Olavarría”. Éxito de 1965, con letra de Arturo de la Torre y música de Ernesto Baffa y Fernando Rolón.

Como bien dice Rafael Vázquez: “Szpunberg nos habla de la ciudad, del barrio, de los bares del puerto, de hombres y lugares que supimos conocer, vitalmente, con un gesto de amigo que no sabe eludir una ternura sin desborde”.

Y siguen las historias y esta vez de la mano de María Malusardi, tiene que ver con Córdoba: “Una noche de 2009, Alberto vino a cenar a mi casa y nos trajo a mi compañero, Marcos Rosenzvaig, y a mí, un regalo: la edición de la academia de Piatock que acababa de llegarle de Venezuela. Días más tarde, mi compañero y yo compartimos la lectura de ese libro en voz alta y nos encandilamos. No puedo describir el impacto. Y pensé: este libro tiene que publicarse en Argentina. De inmediato me comuniqué con Juan Maldonado, de Alción, mi editor de entonces, y le ofrecí “La Academia de Piatock” de Alberto Szpunberg. Le dije que no podía perderse esa posibilidad. Juan no dudó un instante y me pidió que se lo enviara en Word. Le escribí a Alberto, que aún estaba en Barcelona, dándole la noticia. Y así comenzó a gestarse esa edición”.

El libro, entonces, ofrece un recorrido por la poesía de Szpunberg y, al mismo tiempo, un puñado entrañable de testimonios sobre la amistad, la ciudad y los libros.

De alguna manera, el texto y su contexto. No dejan de ser miradas y observaciones personales, pero a través de ellas podemos delinear con más precisión la importancia y la figura de un Alberto Szpunberg en la poesía argentina.

Este y todos los libros publicados por la Biblioteca Nacional se pueden conseguir hoy en nuestra ciudad en la sede Juan Filloy de la Biblioteca Nacional, que funciona en el primer piso de la Biblioteca Córdoba.

El libro se presentará en la Biblioteca Córdoba (27 de abril 375) el día miércoles 2 de agosto.

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