General Cabrera es una ciudad de más de 12.000 habitantes ubicada en el sur provincial, a unos 170 kilómetros de nuestra ciudad. La comunidad se vio conmovida en el año 2018 por un tremendo hecho de violencia de género que determinó la detención del abogado y docente Marcelo Andrés Pérez, actualmente de 41 años de edad. La denunciante fue su ex pareja, en ese momento de sólo 18 años, y quien cayó del balcón de un departamento de un tercer piso, en un intento de huir desesperadamente de los golpes que el letrado le habría dado mientras la empujaba contra muebles y la arrastraba por el piso.
Previamente, ambos habían discutido y Pérez la habría amenazado con matarla. La joven logró sobrevivir pero sufrió traumatismos múltiples y debió someterse a varias operaciones. En su momento, el fiscal Miralles de Río Cuarto imputó a Pérez por lesiones graves calificadas por violencia de género y amenazas y ordenó su detención, que se mantuvo por un tiempo hasta que pagó una fianza y recuperó la libertad. De yapa, fue imputado también por desobediencia a la autoridad y por violar una orden de restricción con la víctima, asistida por el abogado Gastón Schönfeld.
Pero luego, Pérez fue denunciado también por dos presuntos abusos a mujeres adolescentes. Una de ellas de 15 años, quien habría sido víctima de la predominancia y la seducción del profesor, que finalmente resultó imputado por abuso sexual consentido, por el aprovechamiento de la inmadurez de la víctima. En el otro caso, habría abusado de una joven con retraso madurativo y en el interior de un baño, con presuntos tocamientos. Por estos hechos, hubo marchas pidiendo “justicia” y también algunos encuentros violentos entre familiares de las chicas y el acusado.
El abogado Pérez permanece libre y hace algunos días la Cámara Primera del Crimen de Río Cuarto confirmó que será finalmente juzgado, posiblemente en el transcurso de 2025. Por supuesto, y en caso de probarse los cargos, podría recibir una importante condena de prisión efectiva. El eventual reproche punitivo podría marcar el final de una historia increíble para mucha gente de Cabrera, que como ciudad chica o pueblo grande, reconoce a la mayoría de sus familias y habitantes como “hijos propios” desde el mismísimo nacimiento. Por eso, lo ocurrido con el abogado y profesor Pérez cayó como un baldazo de agua fría.