El hijo de Chucul

El ojo de Horus

El hijo de Chucul

Tribunales de Laboulaye.

Sabido es que lo que no está cerrado sigue abierto, y lo que no se ha completado, continúa pendiente. Así, hechos viejos no resueltos permanecen de algún modo en el presente y pugnando por concluir. En los tribunales de Laboulaye están preparando un juicio con jurados populares después de más de 10 años. Y será por un hecho ocurrido en febrero de 2006 en la zona rural de Chucul, un muy pequeño pueblo del departamento Río Cuarto, con alrededor de 400 habitantes. El único acusado que se juzgará será Osvaldo Bravo, presunto delincuente que habría participado del crimen de un joven productor rural, Julio César Del Corral, de 27 años, y que estaba prófugo en diciembre de 2009 cuando condenaron a los otros tres imputados.

El tremendo asesinato sucedió cuando el consignatario de hacienda Emiliano Rodríguez, oriundo de Idiazábal, le «pasó el dato» a tres malechores que los Del Corral iban a tener dinero en su casa por una importante venta de animales. David Muñoz, Roberto Statello Decia y Osvaldo Bravo llegaron desde Buenos Aires a bordo de un VW Bora gris y con el conocimiento sobre una operación comercial por $ 47.000. Durante el juicio quedó demostrado que el «trabajo logístico e informativo» de Rodríguez había sido muy efectivo y por eso fue condenado a 18 años de cárcel.

Así las cosas, cuando llegaron los delincuentes se dirigieron a la casa del campo y allí amenazaron y maniataron a la madre de la víctima, Alicia Bruno, y a los otros moradores. Tras robar joyas y algún dinero que encontraron allí, se dispusieron a esperar la llegada del padre, Julio Arturo Del Corral, y de su hijo Julio César, para sorprenderlos y robar el botín. Precisamente era el joven quien manejaba la pick up en la que regresaban de la venta y fue quien, al ingresar al campo, advirtió la presencia de los ladrones. Cuando atinó a acelerar para huir, una feroz balacera perforó la camioneta y uno de esos proyectiles impactó en la cabeza del conductor.

Ya en el juicio del año 2009, y por este brutal crimen, Muñoz y Statello Decia fueron condenados a prisión perpetua. Bravo, por su parte, se mantuvo prófugo por algunos años, pero luego fue detenido y se pasó 3 años en prisión preventiva (luego fue liberado). Ahora, y si no se vuelve a escapar, será juzgado y posiblemente condenado también a perpetua. Si así ocurriera, entonces se cerraría finalmente esta macabra historia que destrozó no sólo a una familia, sino a una pequeña comunidad. Julio César Del Corral era un hijo de Chucul.

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