El genocida Luciano Benjamín Menéndez y sus secuaces fueron secuestradores, violadores, torturadores y asesinos despiadados, y también ladrones. Así quedó demostrado en los doce juicios por lesa humanidad que ya se hicieron en Córdoba por el terrorismo de Estado antes, y fundamentalmente después, del golpe cívico militar del 24 de marzo de 1976.
El 2 de marzo del próximo año, en el Tribunal Federal Dos comenzará el décimo tercer juicio, sobre hechos ocurridos en 1979, cuando supuestamente lo peor de la represión ya había pasado. En agosto de ese año, fueron secuestrados Rubén Amadeo Palazzesi, su cuñado Nilveo Cavigliasso (ambos militantes del peronismo de base) y José Jaime Blas García Vieyra. Según la acusación, participaron grupos de tareas de Inteligencia y los imputados son Ernesto «el nabo» Barreiro, Carlos «hb» Díaz y Carlos «principito» Villanueva. La particularidad de esta causa es que las víctimas fueron llevadas a una granja y casa quinta ubicada en la zona de Guiñazú, convertida ésta en lugar de reclusión clandestina, luego de robarla al secuestrado Silvio Viotti y a su hijo de sólo 16 años (ambos sobrevivientes), ambos junto a otros militantes del Partido Comunista que fueron asesinados en lo que se conoció como «operativo Escoba». La ocupación de esa casa se extendió durante cuatro años y la saquearon completamente porque se llevaron hasta las puertas y ventanas. De hecho, en el juicio de La Perla, se supo que el condenado Orestes Padován se robó el parqué de esa vivienda para ponerlo en la suya de barrio General Paz.
En lo que respecta a Palazzesi, Cavigliasso y García Vieyra fueron tremendamente torturados con golpes y picanas eléctricas, y en el caso del primero de ellos, asesinado por represores de la Esma que lo quemaron en el interior de un auto, simulando un falso intento de fuga, que era imposible para alguien que casi ni se podía mover por las heridas sufridas.
Lo cierto es que desde el primer juicio de la causa Brandalisi en el año 2008 ya se juzgaron casos de La Perla, Campo de la Ribera, la UP 1 de barrio San Martín, La Perla Chica, el D2 del Pasaje Santa Catalina, la Casa de Hidráulica y varios otros campos de concentración que funcionaron en nuestra provincia. Ahora, en el próximo juicio, conoceremos las aberraciones que cometieron en la Casa Quinta de Guiñazú.