Mujer y del interior

El ojo de Horus

Mujer y del interior

La casta empresarial y la judicial tal vez constituyan el núcleo más duro de la elite argentina. Por esa razón no sorprendió que, así como el ex presidente Mauricio Macri había designado por la ventana a Horacio Rosatti y Carlos Rosenkratz, ahora sea el presidente Javier Milei quien haya propuesto al juez federal Ariel Lijo y al catedrático Manuel García-Mansilla, esta vez, al menos con el decoro de no pretender nombrarlos en comisión, ya que además Juan Carlos Maqueda recién cumplirá 75 años a fin de año.

La verdad es que la historia de la Corte Suprema de Justicia argentina está repleta de grises y con escasos momentos gloriosos. A lo largo de 162 años, la integraron 111 ministros, y de ellos sólo tres mujeres: Margarita Argúas (designada por el militar Levingston en 1970) y Elena Highton y Carmen Argibay, nominadas por el ex presidente Néstor Kirchner. Fueron estas dos últimas mujeres quienes posiblemente hayan integrado una las mejores formaciones junto a Zaffaroni, un desintoxicado Lorenzetti, Petracchi, Boggiano y Maqueda. Aquella Corte no convalidaba el armado de causas truchas, ni desopilantes doctrinas persecutorias como la Irurzun, y mucho menos trenzas para manejar el Consejo de la Magistratura. Afortunadamente, y aunque pocas veces se note, también en el Poder Judicial casi todo queda «guardado en la Memoria».

Pero además de ser un Poder elitista, frecuentemente alejado del pueblo y cercano a muchos intereses corporativos, puertas adentro preserva los códigos de la «Sagrada Familia», en donde el machismo continúa prevaleciendo. Alguna vez se mencionó a la brillante jurista mendocina Aida Kemelmajer como posible candidata, pero aparentemente era demasiado buena y honesta para sumarla. El status quo es cuidado y cualquier riesgo es corrido y despejado.

Aunque la moneda ya está en el aire, la postulación pública de Lijo y García-Mansilla recibió hasta ahora más rechazos que apoyos, especialmente de mujeres que no sólo se quejan por el pisoteo del cupo femenino sino también que se trate de dos candidatos de esa provincia-país que es Buenos Aires. De hecho, la integrante del Superior Tribunal de Córdoba, Aída Tarditti, dijo sentir tristeza por estas nominaciones. A su turno, la presidenta de la Asociación de Magistrados, Silvana Chiapero, resaltó lo que está a la vista de todas y todos sobre la paridad de género: «La vacante debe ser ocupada por una mujer, y en lo posible, del interior».

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