Volvió a nacer

El ojo de Horus

Volvió a nacer

El 22 de agosto del año 2019 quedó una saludable marca en el almanaque del Poder Judicial de Córdoba, ya que aquel día la Cámara Novena del Crimen condenó por unanimidad a Fabián Casiva a prisión perpetua por el femicidio de la joven trans Azul Montoro, a quien había apuñalado y matado en octubre de 2017. Aunque para mucha gente esa condena era la esperada, de sentido común y la única posible, subyacían algunas dudas por el contexto de una sociedad todavía muy conservadora y estigmatizante como es la cordobesa. Por eso aquel fallo sentó un mojón para que ya nadie titubee a la hora de aplicar el Código Penal con igualdad y sin discriminaciones sexuales.

Hace algunas horas, los jueces Brandán, Díaz Reyna y Buteler de la Cámara Sexta, y con la participación de jurados populares, condenaron a Diego Aguirre de 45 años de edad por el intento de asesinato de la travesti Mara Rodríguez, en un hecho ocurrido el 4 de octubre de 2022 en un baldío de Cerro Norte, en la zona de Donato Álvarez al 8900. Según la prueba, Aguirre le había pagado $ 3.000 para mantener relaciones sexuales, lo que estaba sucediendo hasta que Mara advirtió que el condenado no tenía un preservativo puesto; entonces ella se lo dijo e intentó buscar uno en su cartera.

Fue allí cuando Aguirre la sorprendió golpeándola en la nuca con una loseta y agarrándola de los cabellos para zamarrearla y volverla a golpear hasta ponerla boca abajo en el suelo y empezar a asfixiarla; en esa situación tan desesperante, Mara logró morderle una mano en un último intento por salvar su vida. Esta maniobra provocó dolor en el atacante que empezó a buscar otro objeto para volver a golpearla; y en esta situación que duró segundos pero que fueron como horas para Mara, finalmente pudo incorporarse y escapar. Las pericias médicas constataron luego más de treinta cortes, hematomas y escoriaciones.

Aguirre llegó al juicio acusado de homicidio calificado en grado de tentativa y argumentó que en realidad habían peleado porque la víctima le había querido robar su teléfono celular, en una coartada que nadie le creyó. Así las cosas, la condena cayó de maduro y Mara, la trabajadora sexual, volvió a nacer.

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