Pepe Poblete fue un chileno militante de izquierdas que después de una historia trágica en su país natal, llegó con su numerosa familia a la Argentina. Comandó el Frente de Lisiados Peronistas y continúa desaparecido. La lucha de su madre, que trabajaba en la residencia de Olivos, cambió la historia argentina.
Después del gran ejemplo del Juicio en 1985, pocos meses después la Argentina comenzó a transitar sus tiempos de impunidad. El primer paso fueron las leyes de Punto Final y la de Obediencia Debida. ¿Pero qué pasó en el medio para que parte de los genocidas volvieran a la cárcel? Pasó algo en el año 2005, puntualmente el 14 de junio. 34 años después, las leyes en cuestión fueron declaradas inconstitucionales por la Corte Suprema de Justicia.
¿En base a qué la Corte Suprema determinó que las leyes eran inconstitucionales? En base a la historia de este chileno sin piernas llamado José Liborio ‘Pepe’ Poblete y de su mujer argentina Gertrudis ‘Trudy’ Beatriz Hlaszic, secuestrados y desaparecidos en 1978, vistos por última vez en el campo de concentración El Olimpo y padre y madre de una niña de 8 meses también secuestrada llamada Claudia Poblete.
La Corte anuló las leyes luego de que el Congreso las derogara. Pero antes de todo eso, está Buscarita, la mamá de Pepe, el chileno sin piernas. Vamos por el principio.

Buscarita Navarro era la madre de Pepe Poblete y de sus 6 hermanos. Buscarita sobrevivía limpiando casas ajenas mientras Pepe, desde los 15, demostraba su espíritu solidario distribuyendo lo poco que tenía entre aquellos que tenían mucho menos. Buscarita le decía:
_Pepe, acá no sobra nada.
Y Pepe, que era un niño de 15, respondía:
_Buscarita, pero tampoco nos falta.
A sus 16, ya comprometido con grupos cristianos cercanos al MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionario), Pepe viajó en tren a Curicó a encontrarse con un amigo. En la estación y al borde de las vías, Pepe se hizo a un lado para permitir que una madre pudiera cruzar junto a sus hijos. En ese movimiento, Pepe trastabilló, cayó sobre las vías y una formación completa de vagones le pasó sobre sus piernas. A partir de los 16 años, Pepe Poblete, el joven solidario chileno, ya no pudo caminar.
Espíritu templado por su sentimiento de justicia, Pepe le dijo a Buscarita, la madre de siete, la empleada de casas de familia:
_No se ponga triste, ni llore. Yo voy a ser el primero que corra con piernas ortopédicas.
Pepe, en silla de ruedas, buscó alternativas para superar su problema. Una de las soluciones estaba en Buenos Aires, a donde se vino a vivir con Buscarita y todos sus hermanos. Era 1973 y mientras en Chile las cosas se ponían difíciles para Salvador Allende, aquí Cámpora asumía el poder y muchos creían que ahora sí todo podía ser distinto.
Pepe Poblete probó aquí sus primeras piernas ortopédicas y volvió a militar junto a los que estaban en su misma situación. Formaron el Frente de Lisiados Peronistas. Pero se sabe, la primavera camporista fue breve y para 1974, con el terror en alza, el Frente de Lisiados Peronistas se convirtió en la Unión Nacional Socioeconómica del Lisiado, una entidad que logró que el Parlamento sancionara una ley que obligaba a las empresas a tomar un 4% de discapacitados entre sus trabajadores.
Pepe Poblete, en silla de ruedas, vivió en Argentina como uno más. Se puso de novio con Trudy, joven argentina y militante como él. La Unión del Lisiado, confesó en la intimidad, respondía a Montoneros. Y cuando la persecución fue indisimulable, incluso antes del golpe, Pepe y Trudy dejaron sus trabajos y bajaron el perfil de su militancia, que jamás abandonaron. En las villas fueron parte de Cristianos para la liberación y en los trenes vendieron peines y libros para sobrevivir. Una de las primeras leyes que derogó la nueva dictadura fue la lograda por el chileno Pepe Poblete: el cupo para discapacitados en las empresas.


Pepe y Trudy fueron padre y madre en 1977. Al año siguiente, Pepe, sin piernas, debía encontrarse con el ciego Alejandro. Alejandro llegó a la cita. Pepe jamás. A la hora secuestraron a su pareja y a su hija. A la niña la robaron, al padre y a la madre los desaparecieron. Allí empieza la historia de Buscarita, la madre de Pepe. Mientras se unía a las Madres y Abuelas, Buscarita trabajaba como supervisora del Departamento de Limpieza de la Presidencia de la Nación. Una vez a la semana se sacaba el uniforme y se ponía el pañuelo.
Muchos años después, gracias a su búsqueda, aparecería su nieta Claudia Victoria Poblete. Tenía 22 años, era ingeniera y había sido criada por Ceferino Landa, militar del Batallón 601. Landa,quien se robó a hija de Pepe Poblete, fue el primero que recibió, por parte del Poder Judicial, el mote de apropiador. Y el 14 de junio de 2005, la Corte Suprema de Justicia anuló las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, basándose en el caso de Claudia Poblete, la hija del chileno sin piernas Pepe Poblete y la búsqueda inclaudicable de su madre Buscarita.
