Durante la Segunda Semana de la Cinefilia visitaron Córdoba programadores, críticos y realizadores seducidos por la capacidad poliamorosa del cine. La cita fue propuesta por la revista La vida útil” en el Cineclub Municipal Hugo del Carril. Sobre la mesa hubo charlas, proyecciones, talleres y brindis. La programación estuvo dedicada a películas de la última década (2010-2019) y su relación con la historia cinematográfica. Cada invitado proponía un concepto que unían una obra millenial con otra clásica. Una de las cinéfilas invitadas fue Paola Buontempo, programadora en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y el Festifreak. Realizadora de tres cortometrajes que abordan la animalidad en escena: Las instancias del vértigo” (2010), Los animales” (2012), y Las fuerzas” (2018). En su última realización, caballos y jinetes entrelazan la vitalidad de sus cuerpos para lanzarse a la conquista de un hipódromo.
Buontempo ofreció una charla a partir del libro El cuerpo del cine”. Hipnosis, emociones, animalidades de Raymond Bellour. En el capítulo Animales de América”, Bellour traza un recorrido por el cine norteamericano partiendo de las lógicas de representación animal. La realizadora de Las fuerzas” repasó algunas líneas subrayadas del libro para expresar que el dispositivo del cine construye esa animalidad, que a veces se enmarca en arquetipos o lógicas de simbolización; encarna deseos, miedos o angustias”. El cine se convierte en un zoológico que nos permite acercarnos a la animalidad desde un marco humano.
Pero ese devenir animal puede ser incontrolable, un cuerpo ingobernable. El animal como esa fuerza magnética e impredecible que desborda el encuadre”. Ese componente de azar, la posibilidad que suceda algo inesperado puede provocar una experiencia de atracción / repulsión hacia las películas protagonizadas por perros, leopardos o simios.
Entre el antropomorfismo y la monstruosidad, la doble programación estuvo compuesta por White Dogs” (1982) de Samuel Fuller, y Rat Film” (2016) de Theo Anthony. Pelis sobre animales y racismo que funcionan como metáforas del cuerpo social. Seleccioné dos películas disímiles en sus géneros y estrategias formales que dialogan con cierta idea de la biopolítica, vivir o dejar morir, proteger o eliminar”, dijo Buontempo antes de que se apagaran las luces.
White Dog” es ya una fábula sobre la discriminación racial. Un perro blanco es adiestrado para atacar a negros. Un domador de bestias intenta desprogramar su xenofobia. El amansador de fieras es el mismo protagonista de una miniserie televisa sobre Martin Luther King. Rat Film” delinea un mapeo sobre la distribución de las ratas en Baltimore. El plano de la ciudad está segmentado en zonas. Durante la noche hay cacería. En una pecera la serpiente se come el sueño de un roedor recién nacido que todavía no abrió los ojos. En una casa de muñecas se representan escenas de crímenes. Una realidad virtual nos coloca a todos adentro de esa jaula.
La animalidad se percibe no solo en la figuración sino también en varios órdenes, como las sombras, el sonido o el cuerpo de los actores”. En White Dog”, el domador de animales salvajes tiene gestos que nos permiten adivinar si el comportamiento del perro es dócil o agresivo. En un fotograma de Cat People” (1942) vemos las sombras de objetos sobre el lente que representan la presencia amenazante de la pantera. El cuerpo del animal plano por plano compone y descompone el cuerpo del cine.
En el futuro habrá sindicatos de animales actores: De la modernidad a esta parte no hay un animal indómito; son animales que trabajan”. Una escena de White Dog”: el dueño del centro de adiestramiento para películas tira dardos somníferos sobre un afiche del droide astromecánico Arturito” de Star Wars. En los 70 el cine ya incorporaba otro devenir transhumano, menos controlable de lo que se esperaba.