Películas cordobesas por streaming: Los inoportunos

Un cine que apunta a la ironía y a las heridas narcisistas en los vínculos humanos

Películas cordobesas por streaming: Los inoportunos

Por Manuel Sánchez Adam

El humor, recurso por excelencia que permite desdoblar el significado de lo que se expresa, introduce un punto de fuga que resulta vital para la configuración del hecho artístico, habilitando un decir singular que establece sus propios códigos de lectura.

José María (Santiago Zapata) camina y escucha música en un Walkman, con los ojos bien abiertos, mientras recuerda su último día de trabajo en el banco y su encuentro con Laura (Paula Belli), una compañera de la oficina que hace tiempo quiere invitarla a salir, pero no toma coraje por miedo a que lo rechace, síntoma de su propia inseguridad. La noche tiene un aspecto lúgubre y la peatonal está desolada. Allí solo habita la imaginación de José María, que va en consonancia con la melodía que resuena en sus oídos. El frío se palpa en su tesitura; y los nervios rugen con fuerza en el rostro ante el inminente llamado que realizará desde un teléfono público. Luego de tantas idas y vueltas se decide: saca algunas monedas de diez centavos y marca el número fijo de la casa de Laura. Esta vez, no sin algunos atropellos, concreta una cita con ella.

La película “Los inoportunos” (2022) es una comedia que recoge algunos lineamientos propios de las “sitcoms” norteamericanas. En primer lugar, la historia transcurre en la década de 1990, y si bien el objetivo del protagonista es concretar una salida con su ex compañera de trabajo, en el medio se va tejiendo una trama algo absurda, donde comienzan a aparecer personajes que entorpecen el escenario original. En este caso, tres amigos de José María se encuentran con él en el hall del edificio en el que vive con la excusa de festejar su renuncia al banco. Él, ante la imposibilidad de poner límites, los hace pasar con la condición de tomar una cerveza mientras se alista para salir. No obstante, a sus tres amigos se les suma la ex novia (Camila Murias) que quiere mudarse al mismo edificio, en un departamento que está recién desocupado; la hermana (Cokó Albarracín) que aparece de imprevisto porque necesita hablar de la reciente pelea que tuvo con su pareja; y su otro hermano (Maximiliano Bini), que hasta ese día trabajaba en la misma sucursal con José María, y lo llama porque quiere hacerle una propuesta económica algo sospechosa, que implica firmar algunos papeles para cobrar un cheque.

Todos los personajes terminan amontonados en el departamento, al mismo tiempo que hallan un sentido de pertenencia dentro de la escena, imponiendo condiciones que limitan el accionar de José María y su intimidad. Entonces el deseo de José María de quedarse solo para esperar a Laura, se ve arrollado ante la demanda de los otros que no le prestan atención, y que necesitan ser escuchados.

A su ópera prima, el director Ismael Zgaib decidió titularla “Los inoportunos” y ello obedece, quizás, desde un punto de vista más elocuente, a una cuestión fundamental que hace a la constitución subjetiva de cada personaje ajeno a la cita entre Laura y José María; todas presencias molestas que se entrometen en los planes del protagonista. En suma, eso que se evidencia inoportuno subyace, también, en el comportamiento del mismo José María, que, con sus expresiones dubitativas y sus innumerables equívocos, producen un rompimiento, un quiebre de sentido en el armado de un lazo afectivo. Por ejemplo, en la escena donde habla por teléfono con Laura para invitarla a salir emite frases llenas de rodeos, pero que ella acepta de inmediato, aunque ante esa devolución inesperada José María expresa dos términos que exponen su timidez: “gracias” y “perdón”, un encadenamiento que provoca una actitud risueña en ella.

Por otra parte, el filme juega e introduce desde el inicio sonidos particulares que hacen a la configuración de una comedia. Este atributo se refleja en el tintineo de las monedas al colocarlas en el teléfono público, que dan cuenta de un tiempo preciso para acelerar el remate. O el leve paso de las agujas del reloj que prepara al espectador para algo más, robusteciendo los diálogos, construyendo bordes entre las escenas que delimitan un espacio concreto. Lo curioso en la utilización de este recurso que hace al estilo del género es que Ismael Zgaib corre de lugar lo que parece evidente. Mientras José María y Laura están en el balcón, ella, ya habiendo ingresado al departamento, los restantes personajes están escondidos en una habitación donde hay un escritorio con una caja fuerte. Ninguno interrumpe la cita, sino todo lo contrario: se acomodan al contexto y buscan permanecer allí, sentados, hasta recibir nuevas instrucciones.

En el marco de una conversación intimista que toca puntos sensibles como el trabajo o el proyecto de vida en familia, ambos protagonistas se acercan y todo parece acomodarse (incluso él deja correr las palabras de su boca sin temores) para concretar el beso tan ansiado. Pero allí su madre (Lide Uranga), quien estaba en el aeropuerto y hasta ese momento no ha aparecido (a excepción de su voz) irrumpe golpeando la ventana del balcón, intentando buscar una explicación de lo que acaba de presenciar en su propia casa.

La película cordobesa “Los inoportunos” se encuentra disponible en la plataforma federal de Cine.ar Play, y puede verse de manera gratuita.

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