El drama de los contratos

El drama de los contratos

La cuarentena dejó en una línea difusa la continuidad de las competencias en el fútbol argentino, aunque el 30 de junio será una fecha clave porque se producirán vencimientos en contratos de muchos jugadores, que quedarán automáticamente en libertad de acción.

Esta nueva geografía económica cambió la ecuación sobre la relación dirigentes-futbolistas y la ventaja, en muchos casos, parece inclinarse en favor de estos últimos, ya que ante la falta de competencia muchos de ellos dejan correr el tiempo sin sufrir represalias de parte de los primeros, por sus rémoras en renovar los contratos vigentes.

En tiempos normales, los jugadores que estiraban las renovaciones de sus compromisos esperando quedar en libertad de acción y con los pases en su poder a mediados de año, eran virtualmente «colgados» por los directivos de sus clubes, que les bajaban instrucciones muy precisas sobre el punto a sus respectivos entrenadores.

Esta sanción encubierta tenía como objetivo hacerle perder cotización al futbolista, que de todas formas y en caso de seguir empecinado en el objetivo de quedarse con el pase en su poder en una fecha de vencimiento contractual relativamente próxima, no le estaría dejando un peso a su club, con la consecuente pérdida de una parte de su patrimonio.

Esto provocó que en el día de ayer, las conducciones de los clubes entraran en estado de alarma y se unieran «en defensa propia». Es que también existen, y mayoritariamente, futbolistas que pretenden la renovación de sus contratos, pero que en estos casos sí quedan a expensas de los dirigentes, ya que por la inactividad ocasionada por la pandemia de Covid-19 los dirigentes ya tienen en mente reducir los montos que abonan en la actualidad, justamente ante la falta de ingresos que empiezan con la falta de recaudaciones, después, según creen, seguirá con los pagos de los abonos, y finalmente terminará en el ingreso principal de los clubes: la televisión.

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