Peleó, pero no alcanzó

Peleó, pero no alcanzó

El argentino Diego Schwartzman perdió ayer con el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, por 7-5 y 6-3 en la final del Masters 1000 de tenis de Roma, jugada sobre polvo de ladrillo en el court central del Foro Itálico, pero cerró una semana muy positiva que significa un paso adelante en su carrera.

Schwartzman intentó siempre frente a un concentrado Djokovic que entendió de antemano que ante el mínimo desliz podía pagarlo caro porque su rival nunca se da por vencido.

El Peque jugó de igual a igual en el primer set con la chance de dos quiebres que no aprovechó. El número uno del mundo sacó la ventaja necesaria en los puntos decisivos para adueñarse del set.

Djokovic mantuvo su producción para el segundo set y no otorgó chances ante un Schwartzman más errático, quien acumulaba cansancio luego de sus victorias brillantes: una histórica ante el español Rafael Nadal, el rey de tierra batida, en cuartos y otra de mayor esfuerzo ante el canadiense Denis Shapovalov, en semifinales.

«Diego tuvo partidos largos e hizo algo muy bueno en su primera final», rescató Djokovic a micrófono abierto, una vez finalizada la final con público que tuvo una duración de una hora y 24 minutos.

«Felicito a Nole, no sé cuántos títulos tenés encima, pero te felicito. Es muy lindo jugar con público teniendo en cuenta lo que se vive con la pandemia. Gracias a todo el torneo porque es difícil hacer esto en una pandemia», retribuyó Schwartzman.

El Peque cayó por quinta vez consecutiva ante Djokovic. El serbio lo venció tres veces sobre polvo de ladrillo (Roland Garros 2018, Roma 2019 y 2020) y otras dos en canchas rápidas (US Open 2014 y Australia 2020).

Schwartzman, a pesar de la derrota, dio un paso en su carrera adelante porque escaló hasta el decimotercer lugar del ranking de la ATP y quedó a dos de su mejor marca cuando en junio de 2018 fue número 11.

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