El serbio Novak Djokovic se consagró ayer por décima vez campeón del Abierto de Australia al derrotar con autoridad al griego Stefanos Tsitsipas 6-3, 7-6 (4) y 7-6 (5) en la final disputada en Melbourne Park. Tras la victoria, Novak consiguió su objetivo de igualar al español Rafael Nadal en el récord de títulos de Grand Slam (22).
En dos horas, 56 minutos de juego, el serbio ofreció una cátedra de tenis y consumó un regreso soñado al país oceánico un año después del escándalo con las autoridades nacionales que lo deportaron en enero pasado, antes del inicio del torneo, por su negativa a vacunarse contra el Covid-19. Con mentalidad de acero, resistencia física y un talento desbordante, Djokovic atravesó a paso seguro las dos semanas en Melbourne, donde lleva ganados 28 partidos consecutivos.
Respecto a esto, el reflexionó durante la ceremonia de premiación en el Rod Laver Arena y aseguró que “ha sido uno de los torneos más desafiantes que he jugado en mi vida considerando las circunstancias: no jugar el año pasado y volver este año”. Por último, Djokovic concluyó: “Probablemente sea la mayor victoria de mi vida. Quiero agradecer a todo el mundo que me hizo sentir bienvenido”.
Esta final con Tsitsipas, rodeada de un gran ambiente dentro del court y vivida con intensidad por una multitud de fanáticos dentro del complejo a través de pantallas gigantes, lo regresará desde hoy en el primer puesto del ranking mundial.