Inversiones extranjeras: la gran mayoría fueron especulativas

Inversiones extranjeras: la gran mayoría fueron especulativas

El Observatorio de Coyuntura Internacional y Política Exterior (Ocipex) se preguntó en un informe si las tan anunciadas inversiones extranjeras durante la gestión de Cambiemos fueron especulativas o productivas. Es decir, si tuvieron por objetivo obtener un alto rendimiento financiero en el corto plazo a partir de la compra de acciones o títulos de deuda (inversiones de cartera) o si se propusieron obtener una participación duradera en una empresa residente de otra economía (inversiones directas).

De acuerdo con el documento, difundido en las últimas horas, el 80% de la inversión extranjera que ingresó al país durante los tres años en lo que gobernó el presidente Mauricio Macri, fue destinado a comprar activos financieros. Dicho de otra manera: entre 2016 y 2018, ocho de cada diez dólares invertidos en la Argentina desde el exterior tuvieron un fin especulativo y sólo dos de cada diez se destinaron a la producción.

Según el Ocipex, el gobierno nacional tomó una batería de medidas que impulsó la llegada de este tipo de inversiones a la Argentina. El puntapié inicial lo dio la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip), que aumentó el límite de compra mensual de 2.000 a 2.000.000 de dólares para las personas físicas. Además, definió que todo nuevo ingreso de dólares del exterior tendría derecho a la libre salida por igual monto. Al mismo tiempo, el Ministerio de Hacienda y Finanzas eliminó el encaje del 30% por un año para los flujos provenientes del exterior y acortó de 365 días a 120 días el plazo mínimo de permanencia.

De esta manera, comenzaron a llegar inversiones extranjeras. En 2016, los capitales especulativos alcanzaron un valor total de 1.925 millones de dólares. La situación cambió en 2017, con la intervención del actual titular de la cartera económica, Nicolás Dujovne. El funcionario removió el plazo de permanencia mínimo para las inversiones especulativas en el país. Así, la inversión en cartera subió 720% en 2017 (llegó a 15.783 millones de dólares). Sin embargo, la destinada a la economía real se mantuvo en los mismos niveles que el año anterior (2.497 millones de dólares).

En 2018 el escenario volvió a modificarse. La crisis cambiaria y los desarmes de activos financieros provocaron un saldo negativo en los flujos de las inversiones de cartera.

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