En plenas negociaciones con el FMI, Biden se refirió a Argentina

El líder demócrata afirmó que le dedica “tiempo” a nuestro país y lo diferenció de Venezuela

En plenas negociaciones con el FMI, Biden se refirió a Argentina

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se refirió explícitamente a la Argentina en momentos en que el gobierno nacional negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la deuda de 44.000 millones de dólares contraída por la gestión de Cambiemos, en un gesto que puede tomarse como un tibio respaldo a la administración de Alberto Fernández.

Si bien el pronunciamiento de Biden no tiene relación directa con el FMI, ocurre horas después de la reunión mantenida por el canciller Santiago Cafiero con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, donde el funcionario argentino pidió respaldo político de la Casa Blanca para Argentina. A la vez, Biden dejó en claro que su gestión está pendiente de lo que ocurre en nuestro país, aunque aclaró que Estados Unidos “no dicta lo que pasa” en Sudamérica.

En una conferencia de prensa que brindó por su primer aniversario de gestión, Biden dijo que su Gobierno le “dedica tiempo” a la Argentina, a la vez que diferenció la gestión de Fernández del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, al asegurar que “no son lo mismo”. “He invertido mucho tiempo hablando sobre las políticas y en las negociaciones con Maduro, quien es más que un dictador en este momento”, aseveró Biden, que aclaró que “no son lo mismo” pero también le “dedico tiempo” a Argentina y Chile.

En otro tramo, se refirió a América Latina: “Solíamos hablar, cuando yo era un chico en la universidad, sobre ‘¿El patio trasero de América?’ No es el patio trasero de América. Todo lo que está al sur de las fronteras de México es la parte delantera de América. Somos personas iguales, nosotros no dictamos lo que pasa en estos países, en Sudamérica, pero tenemos que trabajar muy duro en eso: el problema es que hemos tenido grandes dificultades por los errores cometidos en los últimos cuatro años y eso llevará un tiempo”, argumentó el mandatario demócrata.

Por su parte, la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, aclaró que “Estados Unidos no le exigió ningún plan económico” al gobierno de Fernández para respaldar las negociaciones con el FMI, como afirmó la oposición. Al contrario, en la reunión entre Cafiero y Blinken “se acordaron una cantidad de posturas con Estados Unidos, que reconoce el crecimiento interanual vigoroso de la economía de Argentina y que tenemos que seguir en esa senda”, afirmó Cerruti.

Aseguran que el apoyo de Rusia está garantizado

El embajador argentino en Rusia, Eduardo Zuain, afirmó ayer que “será muy importante” la reunión que mantendrá en febrero el presidente Alberto Fernández con su par ruso, Vladimir Putin, y destacó que existe “una predisposición positiva” de ese país hacia “todo planteo argentino” en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Es muy importante la visita de Alberto Fernández. Los encuentros en estos tiempos de pandemia son excepcionales, por lo que se pone de manifiesto la importancia que le da Rusia a la relación con Argentina. Descuento que vamos a tener el apoyo de ellos dentro del FMI”, aseguró Zuain a una radio argentina.

“Hay una predisposición positiva de Rusia hacia todo el planteo argentino. Creo que si Alberto lo plantea, Rusia va a examinar las posibilidades de alguna ayuda financiera porque es un país sólido en materia económica y tiene todas las posibilidades. Hay que examinar los proyectos concretos para que esa predisposición pueda materializarse”, remarcó el canciller, que destacó el objetivo de reactivar la Asociación Estratégica firmada por ambos países en 2015, pero “planchada” durante el gobierno del ex presidente Mauricio Macri.

Por su parte, el economista Patrick Honohan -ex presidente del Banco Central de Irlanda y miembro del Directorio del Banco Central Europeo-, alertó que si el FMI no establece una reducción de los sobrecargos en las tasas que deben afrontar los países altamente endeudados, se incrementarían los riesgos de forzar reestructuraciones de deuda y situaciones de default, en particular en países de ingresos medios, como Argentina.

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