El mercado de maquinaria agrícola arrancó 2025 con signos de crecimiento sostenido: en el primer trimestre del año, las ventas registraron un incremento interanual del 89,7%, alcanzando una facturación total de $512.046 millones, según informó este lunes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Si bien esta suba representa una desaceleración respecto al último trimestre de 2024, cuando el crecimiento había sido del 275,5% interanual, los números confirman que el sector sigue en expansión.
Tractores al tope de facturación
Entre los distintos rubros, los tractores concentraron el mayor volumen de facturación, con un total de $165.054 millones, lo que implica un alza del 47,5% interanual. Le siguieron en importancia los implementos ($164.000 millones), cosechadoras ($136.500 millones) y sembradoras ($46.000 millones).
En el detalle por subgrupos dentro del segmento de implementos, se destacaron:
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Otros implementos: $95 millones
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Pulverizadoras de arrastre y autopropulsadas: $44 millones
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Equipos para acarreo y almacenaje de granos: $25 millones
Cosechadoras y sembradoras, las más dinámicas
En términos de unidades vendidas —considerando tanto maquinaria nacional como importada—, las cosechadoras fueron las que mostraron el mayor crecimiento interanual, con un aumento del 58,1%. También se destacaron las sembradoras, con una suba del 43,8%, los implementos (36,4%) y los tractores (19%).
La industria nacional pisa fuerte
Un dato relevante del informe es la fuerte participación de la producción nacional en las ventas totales. En el caso de los implementos, el 85,1% de las unidades vendidas fueron de origen argentino. En tanto, los tractores alcanzaron una participación nacional del 84,3% y las cosechadoras, del 79,2%.
Estos porcentajes reflejan la consolidación de la industria argentina de maquinaria agrícola, que sigue liderando el mercado frente a las importaciones, incluso en un contexto económico de alta volatilidad.
Un sector estratégico
El crecimiento en la venta de maquinaria no solo evidencia una recuperación de la inversión en el agro, sino que también posiciona a este rubro como un sector clave para el desarrollo industrial y tecnológico del país, con capacidad de generar empleo y valor agregado.
A pesar de los desafíos macroeconómicos, los datos del primer trimestre de 2025 refuerzan las expectativas positivas para el sector, que continúa apostando a la modernización del campo y al fortalecimiento de la producción local.
La actividad económica creció 5,6% interanual en marzo, pero retrocedió 1,8% frente a febrero