Hace 20 años, el 30 de marzo del 2001, se inauguraba el Cineclub Municipal Hugo del Carril en el centro de la ciudad, fundado por Daniel Salzano, un espacio que se convertiría en el corazón de la cinefilia y la movida cinematográfica local que hoy recoje reconocimientos en todo el país.
El proyecto nació de la remodelación del edificio que albergaba la antigua sede de la Sociedad de Socorros Mutuos Unione e Fratellanza” fundada en 1874, que se convirtió años más tarde en la estructura del centro cultural. El lugar fue adaptado para que pudieran asistir 200 personas y proyectar los cinco formatos de películas que existían en el momento: Desde entonces, la programación del Cineclub incluyó filmografías provenientes de todos los rincones del planeta, dirigida a todo tipo de público y con una entrada accesible, muy por debajo de las grandes cadenas de exhibición del país. El criterio de trabajo y programación ha sido siempre inclusivo, entendiendo a la actividad cinematográfica como una disciplina artística pero también un gran entretenimiento”, explican sus responsables.
Un año más tarde de su apertura, nació la Asociación de Amigos del Cineclub Municipal”, sin fines de lucro, destinada a fomentar, gestionar e intervenir en actividades culturales, artísticas y educacionales. Actualmente, la asociación cuenta con 150 socios mensuales y es el sustento económico para que puedan desarrollarse y organizarse las propuestas en la sala municipal.
Hoy, al pausar para pensar nuestra historia, también nos embarga la sensación del deber cumplido, del suceso casi milagroso (un milagro hecho del esfuerzo y el sudor de todas las personas que día tras día trabajan hasta el cansancio en nuestros pasillos) de haber podido permanecer tantos años abriendo de lunes a lunes para propiciar en nuestra casa nuestra última misión: el encuentro”, narran desde las redes sociales del cineclub.
Tras haber proyectado miles de películas de todas las épocas, formatos y géneros, el cineclub estuvo cerrado durante casi un año desde que se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio el año pasado. Hace un mes, sus puertas volvieron a abrirse con el objetivo de mantener intacta la pasión que caracteriza al espacio y su comunidad.
Quizás una frase de los responsables resume su filosofía: El cine no sólo es colectivo en su realización, sino también en su recepción. Las películas nos unen, nos transforman, nos alientan, nos cuestionan. Y a la salida, al volver a pisar la calle, quizás el mundo ya no será para nosotros el mismo que cuando entramos”.